Inmersos en las celebraciones de su vigésimo aniversario, La Sonrisa de Julia arribarán este sábado a la sala Pantalán (21.30 horas) para ofrecer un recital de dos horas en el que no sólo repasarán sus singles, sino que recuperarán otros temas más olvidados.
Así lo explica uno de sus integrantes, Marcos Cao. “Va a ser una mezcla de las dos cosas: canciones de todos nuestros discos, por un lado los singles, y, por otro, las canciones que mejor creemos que empacan con el resto”.
Dos décadas de carrera dan para crear muchas canciones, y seleccionarlas no siempre es fácil, pero Cao asegura que se lo han tomado “con mucho placer”. “Cuando uno tiene que repasar sus 20 años, se lo toma como un privilegio, como recoger los frutos de un trabajo que ha estado ahí durante 20 años y que, ahora, simplemente es escoger, porque tienes repertorio para hacer cuatro horas, si quieres”, asegura Cao entre risas. “Hacer todo este trabajo ha sido una cosa superbonita, comparado con lo que es preparar un concierto con un sólo disco, por ejemplo”, explica.
La banda se ha vuelto a reunir para esta gira tras unos años, desde la pandemia, sin tocar juntos. Ahora, tras 20 años, asegura que la sensación en los conciertos es “maravillosa” y que “la banda suena mejor que nunca”. Y el público también: “El público de La Sonrisa de Julia, sin ser el más multitudinario, porque nunca hemos sido un grupo de mucho éxito mediático, sí que amigos artistas nuestros flipan con la calidad de nuestro público, es un público que canta desde la primera canción, los estribillos... cuando hay que guardar más silencio para un momento íntimo, hay un silencio pulcro... es una conexión increíble”, afirma Cao, que añade que “nuestro público también está muy en forma después de 20 años, no sé si es que hemos crecido juntos”, apunta entre risas, mientras asegura que público y banda se han “desmelenado” con los años.
Rememorando estas dos décadas de La Sonrisa de Julia, Cao se queda con los momentos de los inicios como algunos de los más especiales. El compositor recuerda con cariño aquel concurso que ganaron en 2003 y que, sin siquiera tener un disco, les valió el marcharse de gira a Rumanía. “Hicimos una gira de una semana: público desconocido, ciudades desconocidas... fue como ser los Beatles”, cuenta el músico mientras ríe.
Pero 20 años, además de para mejorar, también han servido para ver la evolución de la industria. “Bufff... ha cambiado muchísimo...”. Contrapone Cao el “100% del poder” que tenían las radios y las discográficas hace dos décadas, con la actual “dictadura del algoritmo”. “No he conocido tiranía en la industria musical más grande que la que conozco ahora con los algoritmos”, afirma, mientras recuerda que su relación actual con la música le permite mayor libertad, “yo no dependo de La Sonrisa de Julia para vivir, entonces mi relación es muy artística, emocional, familiar y por placer”.
Y pone el foco en las nuevas generaciones y en la necesidad constante de “generar contenido” y el estrés y ansiedad que ello genera. Y recuerda casos recientes como el de Carmen Boza, que recientemente “anunció que lo deja porque no puede más, porque es un estrés constante estar pensando a ver que publicación hago hoy”.
Ese aspecto les hace debatir sobre su futuro. “Tenemos ideas para tres discos”, bromea, pero hay algo que “nos bloquea”, que es ese generar contenido constante: “El debate será si merecerá la pena hacerlo y si nuestra gente se enterará”, concluye.