Pocos nombres evocan tanto en generaciones tan distintas como Chaston, uno de esos patrimonios atemporales de la ciudad donde prácticamente cualquier generación ha puesto pie. Se trata de esos lugares cuya solemnidad trasciende lo que les rodea y a los que para llegar no hay que darle más indicaciones al taxista. De hecho, si se hiciera una encuesta a pie de calle pocos acertarían a llamar a la calle que desde 1977 lo ha visto crecer como Costa Rica. Desde hace décadas y por los siglos de los siglos será “la de Chaston”. A la actual discoteca, desde abril de 2024 rebautizada como The Clab, le pasa como a Carrefour con Pryca, por lo que la gerencia ha decidido unir pasado, presente y futuro y recuperar el esplendor ochentero dentro de su oferta y su programación. Desde hoy Chaston y la esencia que lo hizo grande vuelven con más fuerza que nunca.
Ahora que están de moda las reuniones de grandes grupos clásicos, la gerencia ha decidido que, de volver, Chaston tenía que hacerlo por todo lo alto y reclutando también algunos de los hombres y nombres que hicieron eternas las noches de los ochenta. Solamente así se puede concebir un espectáculo como Chaston Classic. Entre la medianoche y las 04.00 horas de los viernes y los sábados habrá un viaje en el tiempo para regresar a la EGB y la recuperación de ‘batallitas’ de juventud aderezadas con leyendas urbanas. Si bien los acordes y las melodías serán de sobra conocidos, en la pista de baile estará la primera gran sorpresa: una banda residente pondrá el sonido en directo entre las 0.30 y las 02.00 horas. Entre ellos serán los inconfundibles Pepe Piña, fundador de Semen Up junto a Alberto Comesaña, o Jose Faiado, responsable durante años de la taberna de la avenida del Ferrocarril. “Seremos como un cantante sexual: tú pide, que yo te toco”, bromea Piña. Por su parte, el antiguo hostelero, reivindica su capacidad de ser entretenedores: “La idea de recurrir a nosotros es por conocer el sector. La gente me estaba insistiendo en que volviera y la gerencia me lió para recuperar el espíritu de los 80”.
La mesa de mezclas será desde las 02.00 horas cosa de DJ Javito, exresidente de Pachá, El Seijal, Penélope u Oh Coruña, entre otras muchas noches. “Sólo va a faltar el King Kong de la puerta”, advierte.
El proyecto en realidad se trata de la voluntad de unir universos que parecían compartimentos estancos y unirlos en una misma pista de baile. Por eso, entre las 04.00 y las 06.30 horas la música comercial más actual cobrará protagonismo en las sesiones de viernes y sábado.
A sus 22 años, el relaciones públicas Pedro Paolantonio coordinará el funcionamiento de esa franja, al igual que la de los jueves, que tomará el nombre de Peccato sessions con enfoque universitario. “Los jueves el target será entre 18 y 23 años, mientras que el viernes y sábado tendremos la alternativa de ocio que la gente pedía para un público entre 25 y 39 años”, anuncia el responsable de la parte más juvenil.
La propuesta más revolucionaria la introduce Jose Méndez, gerente del recién retornado El Huevito. Entre las 17.00 horas y la medianoche Chaston Silver apunta a la recuperación “de la esencia clásica entre la gente mayor que busca lo que era la antigua La Pacheca de Elviña, que no encuentra sitios con la energía de antaño y que quiere disfrutar de la mejor música en directo de la ciudad”.
En el horizonte está el nombre de otro gigante que sólo nombrarlo produce un efecto Bitelchús: la joya de la corona y final para la programación podría ser la extensión hasta las 03.00 horas con los DJ y el personal de la histórica Chevalier de Santa Cristina, una marca cuyos últimos detalles se encuentra perfilando la gerencia.