El golpe sobre la mesa que dio el BNG en el pleno del pasado lunes parece condenar al Ayuntamiento a prorrogar los presupuestos de este año. Sin los nacionalistas, Inés Rey, que gobierna en minoría, no cuenta con los apoyos suficientes como para someter a aprobación las cuentas de 2025. Pero no será la primera vez que ocurra: la derrota del popular Carlos Negreira en las elecciones de 2015 abrió un período de inestabilidad caracterizado por gobiernos en minoría que han sufrido para sacar las cuentas en tiempo y forma. De confirmarse, sería la tercera vez que Inés Rey las prorrogara. Todo un récord.
El caso de Xulio Ferreiro es paradigmático. Tuvo que gobernar con diez concejales, algo inédito hasta entonces, puesto que el principal partido de la oposición, el PP, tenía un grupo municipal tan grande como el suyo (de hecho, le había ganado por 32 votos) y necesitó los seis concejales del PSOE para mantenerse. Por aquel entonces Avia Veira era la única edil del BNG, condenada a la irrelevancia. Ferreiro tuvo que gobernar el primer año con las cuentas del PP, pero en 2016 consiguió aprobar unas cuentas. Lo normal es hacerlo en diciembre del año anterior, pero las negociaciones se dilataron y no consiguieron llevarlo a pleno para su aprobación inicial hasta mayo.
En 2017 la situación fue aún peor. Habían conseguido sacar adelante el trámite inicial del presupuesto en 2016, pero las conversaciones se bloquearon y Ferreiro tuvo que someterse a una cuestión de confianza en abril, descontento con las alegaciones que quería introducir la oposición. Todos se abstuvieron menos el PSOE. Fue la primera vez que unas cuentas salieron adelante con tan pocos votos. En 2018 volvieron a recibir luz verde fuera de plazo, en febrero, y en 2019, con las elecciones municipales, se sabía que sería imposible sacar unas nuevas cuentas: se prorrogaron las de 2018.
El mandato de Inés Rey no estaba destinado a ser más tranquilo. El PSOE había empatado a nueve concejales con el PP, así que necesitaba los seis votos de la Marea. El BNG ya tenía dos ediles pero seguía siendo irrelevante. Aunque Rey negoció con ambos, cerró el trato con la Marea. En febrero se sacaron los presupuestos de 2020. Sin embargo, ese mismo año estalló el covid, y el concejal de Hacienda y teniente de alcaldesa, José Manuel Lage, anunció que prorrogaría las cuentas de 2020 a 2021, alegando que los vaivenes provocados por la emergencia sanitaria hacían inútiles unas cuentas.
Aquello suscitó muchas críticas, pero dio igual. En 2022 aprobó las cuentas y en 2023 hubo una nueva prórroga, coincidiendo con las siguientes municipales, aunque se iniciaron negociaciones. Solo el año pasado consiguió cerrar el presupuesto a tiempo, gracias al pacto con el BNG que se acaba de romper. Y todo parece indicar que 2025 también irá a prórroga .
El BNG explica la situación a la ciudadanía: “Un novo acordo de orzamentos non sería críbel” |
El portavoz del BNG, Francisco Jorquera, había invitado a la alcaldesa, Inés Rey, al acto que se celebró ayer en el Hotel Riazor con simpatizantes del Bloque y colectivos ciudadanos (hablaron los presidentes de las asociaciones de vecinos de O Castrillón, As Roseiras, Oza Gaiteira y Os Castros) para aclarar cualquier duda que tuviera sobre por qué no apoyaría sus presupuestos (debido a incumplimientos en anteriores acuerdos). Ella no aceptó la invitación, pero sí varias docenas de personas a las que explicó que ya no existe confianza. “Un novo acordo de orzamentos non sería críbel se previamente non se cumpre o que xa estaba acordado”, dijo Jorqura, acompañado del resto del grupo municipal.
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