Trampa para el tráfico: las obras y los grandes eventos congestionan el centro

Trampa para el tráfico: las obras y los grandes eventos congestionan el centro
El corte total de San Andrés tuvo lugar el día seis de agosto | Javier Alborés

“Es una locura”, comentaba un agente municipal, enfrentado a la avalancha de coches del viernes pasado. Fue como una operación salida, pero concentrada y a medianoche. Filas y filas de coches congestionaron los Cantones y la avenida del Puerto, en un esfuerzo por salir de la ciudad todos a la vez. Con la calle San Andrés en obras y el Paseo Marítimo cerrado al tráfico, se había formado el cuello de botella perfecto, así que el tráfico tardó mucho en normalizarse.  


La calle San Andrés siempre ha sido una de las principales arterias de una ciudad dominada por un istmo, pero este año entró en obras, de manera que los conductores solo pueden circular por el Paseo Marítimo y la avenida del Puerto para moverse en dirección a Monte Alto. El 11 de marzo comenzaron las obras, que obligaron a desviar todo el tráfico en dirección a Santa Catalina. Pasados los primeros días de confusión, la situación parecía haberse normalizado. 


Pero el seis de agosto comenzó la segunda fase de las obras. El corte de tráfico total, que se extenderá hasta febrero, vino a coincidir con un apretado programa de fiestas que ha llenado la ciudad de gente dispuesta a disfrutar de los conciertos, tanto en la plaza de María Pita como en el resto de la ciudad. Por ejemplo, las Noites de María Pita reunieron a 78.000 espectadores y, durante los siete primeros días del programa de fiestas, se estiman en 135.000 los asistentes. Si se cuenta desde la última semana de julio hasta el lunes pasado, unos 300.000. Y solamente en la Batalla Naval, casi 90.000. 


Estas son las cifras proporcionadas por el Ayuntamiento  y aunque tiende a hacer estimaciones al alza cuando se trata de público que acude a sus eventos, esto deja claro la gran cantidad de personas (y de coches) que se han concentrado en la ciudad este verano. Y esto, sin contar otras citas. 


Vuelta a la normalidad 

Es de esperar que la situación mejore cuando acaben los últimos eventos veraniegos, pero la mejora será efímera: la vuelta de las vacaciones implica también un incremento del tráfico, tanto el que generan los centros de trabajo como los escolares. Y se encontrarán afectadas no solo San Andrés, sino también otras calles importantes, como Pla y Cancela, que está siendo reurbanizada en estos momentos. Si agosto es el mes por excelencia de las obras, es precisamente porque en verano suele haber menos tráfico, aunque los numerosos eventos han provocado que no sean así. Nadie lo sabe mejor que los profesionales del volante, que llevan meses soportando esta situación a diario. 


Ricardo Villamisar, presidente de Teletaxi, la asociación mayoritaria de taxistas, reconoció los problemas que sufre su colectivo “en el momento en el que San Andrés está cortado y el Paseo Marítimo se cortan también”. “Por ejemplo, si hay fútbol, es una tormenta perfecta. Para nosotros, la circulación en estas circunstancias se hace difícil”, comenta. El desvío del tráfico pesado también es un factor importante: los autobuses se ven obligados a transitar por el Paseo Marítimo y esto, unido a todos los cortes, provoca que la circulación se haga mucho más lenta. 


“Todo el mundo quiere llegar al centro con el coche, y la gente que es de fuera no sabe que, al llegar al Obelisco, tiene que dar la vuelta”, explica Villamisar. Lo que ocurre es que los coches saturan el parking de los jardines de Méndez Nuñez y el de la plaza de Lugo y a partir de la plaza de Ourense se forma un embudo, al no haber más salidas que la avenida del Puerto o el túnel de Juana de Vega. 


Todo esto, por supuesto, perjudica al sector. “No estamos en contra de esas obras, que seguro que cuando finalice San Andrés quedará muy bien”, puntualiza Villamisar. Pero, como conductores, los taxistas no pueden hacer milagros. “Circulamos por donde nos permiten, pero nosotros solo podemos entrar en zonas de paso peatonales cuando tenemos que dejar a alguien o recogerlo. Los servicios se ralentizan y, obviamente, regresar a las paradas nos lleva más tiempo porque hay que dar más vueltas”, se lamenta. 
El resultado es que, a ciertas horas, parece no haber taxis en las paradas. “Y eso es porque estamos circulando ocupados porque estamos intentando llegar  a las paradas”, aseguran desde la asociación Teletaxi.   


VIllamisar rompe una lanza, además, a favor de los vecinos de Monte Alto, que se han quedado un poco más aislados al ver cortado San Andrés y depender de dos salidas saturadas. En cuanto a los otros profesionales del volante, los choferes de autobús, estos también notan los problemas de circulación del centro. 
“Es complicado, San Andrés y las obras de Pla y Cancela nos perjudica las frecuencias”, comenta José Manuel Fuentes, un chófer de Tranvías al que le han cambiado la ruta por otra mucho más tortuosa. “Ahora tardamos más, claro, pero por ahora no hay tanto problema”, matiza. 


El verdadero desafío será cumplir las frecuencias cuando se reanude la actividad, sobre todo en las zonas de colegios, verdaderos focos de atracción de vehículos. “Estaremos más fastidiados porque habrá bastante más tráfico en la ciudad –advierte Fuentes, que se lo toma con filosofía– A mí me da igual. Yo voy por donde me mandan”. Otros sectores, como los transportistas, señalan que el principal problema es el aparcamiento, puesto que ahora es mucho más difícil estacionar, así que es necesario pagar el doble por transportar un simple colchón. 


Ante todos estos problemas, no cabe sino la paciencia. En febrero se espera que terminen las obras de San Andrés (aunque son habituales los retrasos en los proyectos grandes) y quedan por delante muchas horas punta, incluida la Navidad, antes de que la circulación se normalice.

Trampa para el tráfico: las obras y los grandes eventos congestionan el centro

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