Como si del intercambio de una línea de metro en una gran capital se tratase, el momento de abrir las puertas de los vagones del tren entre Vigo y A Coruña desata una especie de estampida humana con equipaje a cuestas. Son trabajadores, estudiantes que han perdido una tutoría o simplemente los que retornan a casa con sus planes quebrados. La jornada previa a la huelga de trabajadores de Renfe ha culminado una semana horribilis que comenzó el pasado domingo, con la hora de retraso en dirección a la ciudad olívica.
La mejor base de datos y termómetro del funcionamiento y el cumplimiento o no de las frecuencias son los estudiantes que cada semana tomen cada sentido de la línea. Es el caso de Yara, estudiante de Educación Infantil procedente de Vilagarcía y que hoy ya no podrá acudir a clase. "Esta semana han sido habituales los retrasos y no nos han dado ninguna explicación", lamenta.
"Nos mandaron un mensaje antes de montar, diciendo que el tren se retrasaría quince minutos, pero al final llegamos más de media hora tarde", añade.
Elena, por su parte, es una especialista en ingeniería del transporte, algo que combina con su grado en Medicina cada semana. En la triangulación de posibles incidencias tiene en cuenta los partidos del Depor, así como las comunicaciones de Renfe.
El pasado domingo, por ejemplo, acabó por decantarse por el coche. "No sabemos qué problema hay en las vías, pero incluso nos mandaron un correo diciendo que el tren se retrasaba indefinidamente, así que el domingo me fui en coche particular", explica la joven, que apunta a que se trata de una tendencia de esta semana y que durante el curso esa no ha sido la norma.
Ahora, en su regreso a casa para descansar el fin de semana planificará con tiempo la ecuación fatal: huelga de trabajadores y partido del Deportivo el domingo a las 20.00 horas. Mientras, en las pantallas se anuncian dos retrasos en otros tantos movimientos inminentes: el Alvia de Madrid arribará con 20 minutos tarde, mientras que la salida hacia Vigo tendrá, al menos, otros diez de espera