La mañana de este lunes comenzó con normalidad en el aeropuerto de A Coruña. Los pasajeros que volaban a Madrid a las 06.30 horas, en un vuelo operado por Iberia, pudieron viajar, pero minutos después una densa niebla cubrió Alvedro y comenzó a dificultar las operaciones de llegada y salida, anulando completamente la operatividad de la terminal.
En total, cinco vuelos fueron desviados y no se recobró la normalidad hasta pasado el mediodía, aunque algunos enlaces salieron con retraso durante toda la jornada. Cabe destacar que, de los cinco desvíos, solo uno correspondía a una salida desde A Coruña. A las 06.50 despegaba de Madrid la aeronave de Air Europa que tenía que aterrizar en Alvedro a las 07.50 horas, pero esto no llegó a darse por la poca visibilidad, lo que obligó al piloto a regresar a la capital y a cancelar el trayecto de vuelta desde el aeródromo coruñés. La compañía reubicó al pasaje afectado en los siguientes vuelos que operó durante este lunes.
Por otra parte, el vuelo de Iberia procedente de Madrid, con aterrizaje previsto a las 08.40 horas, fue desviado a Santiago, tal y como ocurrió con la aeronave de Vueling procedente de Barcelona y con llegada prevista a las 08.50 horas. Esta última conexión fue la única que finalmente realizó la salida desde Lavacolla.
El enlace de Easyjet procedente de Milán y que tenía que tomar tierra en Alvedro a las 10.00 horas fue desviado al aeropuerto de Oporto, con lo que la salida hacia la ciudad italiana desde A Coruña se retrasó, al igual que se dio con el vuelo a Londres, ya que el avión de llegada no pudo aterrizar a las 10.20 horas, como estaba previsto, y fue desviado a Santiago.
El aeropuerto de A Coruña no había registrado ningún desvío este año hasta el pasado jueves, 1 de febrero, cuando un vuelo tuvo que cambiar su ruta por la niebla en Alvedro. Los días de fuerte viento o baja visibilidad suelen traer consigo desvíos en la terminal.
Estos episodios, pese a parecer habituales, se han contenido en menor medida desde que en el año 2018 se llevaron a cabo acciones para dotar al aeródromo de mejores condiciones para los aterrizajes. Según estimaciones del sector aeroportuario, los desvíos se redujeron a la mitad desde entonces. Enaire, el gestor de la navegación aérea en España, permitió hace seis años bajar los mínimos del Sistema de Aterrizaje Instrumental (ILS) a la categoría II en casi 200 metros. En 2019 llegó otro momento clave para la operatividad de la terminal coruñesa: la aproximación a la cabecera 03 en condiciones de baja visibilidad. Por último, en diciembre de 2021 se aprobó la maniobra nocturna con el método RNP a la pista 03.