Identificar a una persona ya fallecida de la que se desconoce su identidad será ahora más fácil gracias a la inteligencia artificial. Así lo ha conseguido el proyecto desarrollado por el Citic (Centro de Investigación de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) de la UDC junto con la Universidad de Granada en colaboración con la empresa Panacea Cooperative Research. En el trabajo ha participado el investigador del Citic Óscar Ibáñez Panizo.
Los resultados obtenidos hasta ahora permiten mejorar la identificación de restos humanos mediante la superposición craneofacial, que supone el análisis de las correspondencias entre el cráneo post mortem (que se escanea en 3D) y las fotografías faciales tomadas antes del fallecimiento. Es en este proceso donde entra en juego la inteligencia artificial, que permite conocer las coincidencias.
“Con la inteligencia artificial lo que intentamos reproducir es la física de la cámara para aplicarla al cráneo y así obtener la misma distorsión y perspectiva que provoca el objetivo. Luego superponemos la imagen fotográfica con el cráneo para evaluar la correspondencia anatómica”, explica Ibáñez Panizo. Gracias a este método, el equipo ha logrado identificar a gente fallecida hace más de 150 años. “Colaboramos en la identificación de varios lituanos asesinados durante una revolución que hubo a mediados del siglo XIX contra los rusos”, continúa Ibáñez Panizo. “No teníamos radiografías ni nada parecido, pero sí había fotografías de ellos en los libros de Historia”.
Y es que esta nueva tecnología puede resultar crucial a la hora de identificar restos en situaciones en las que obtener registros dentales o muestras de ADN es complicado o incluso imposible. “A los forenses les facilitaría el trabajo en casos de desastres en masa o de fosas comunes, como, por ejemplo, las de la Guerra Civil o las que hay en Latinoamérica producto de las guerras del narco de México y Colombia”, indica el investigador.
Aunque la superposición craneofacial es una técnica fundamental en la identificación forense, su aplicación ha sido tradicionalmente compleja y subjetiva. Sin embargo, el estudio ha introducido con éxito una metodología utilizada con anterioridad en otros campos forenses, como el del análisis de ADN. La investigación propone la aplicación de este enfoque en la superposición craneofacial mediante tres experimentos que entrenan y prueban el sistema en distintas condiciones de imágenes faciales. El primero utiliza fotografías frontales, el segundo emplea fotografías laterales, y el tercero integra ambas perspectivas.