El último bar de pueblo en un barrio de A Coruña

O Muíño mantiene el encanto de establecimiento de toda la vida y sobrevive a los cierres de sus vecinos
El último bar de pueblo en un barrio de A Coruña
La gerencia de O Muíño mantiene una clientela fiel | joaquín abad

Referida habitualmente como una ciudad de barrios, esa definición se queda pequeña para definir el mapa actual de A Coruña, donde debido al crecimiento hacia la periferia también puede decirse que es, ahora mismo, también una ciudad de pueblos. Uno de los más históricos, característicos y representativos es Feáns, en los límites con Arteixo y en muchos sentidos con hábitos a caballo entre lo urbano y lo rural. Sin embargo, también es una zona atípica en lo que a la economía se refiere, pues mientras en el centro proliferan la hostelería internacional y las aperturas casi a diario, Feáns mantiene O Muíño como único punto de restauración. El bar de pueblo y de barrio unidos en un solo espacio, donde la reinvención o la renovación no entran dentro de la política de empresa.


No hace demasiados años O Capelán, O Gorrión o el Laxe formaban parte de la alineación hostelera de Feáns, junto al establecimiento actual. Todos se fueron apagando y concentrando la clientela en un solo espacio que, según los vecinos, a veces se queda pequeño. “Con la llegada de la universidad Cesuga  se ve mucho más ambiente por el barrio, pero sólo disponemos de un local de hostelería. Los demás dueños fueron jubilándose y ninguno quiso traspasar, y ahora nos vemos que todo el mundo que baja de Cesuga u Obradoiro lo hace al mismo sitio”, explica José Ramón Cernadas, presidente de la asociación vecinal. “El pueblo, poco a poco, fue desplazándose”, añade. 


Falta 

Que los vecinos echen en falta cierta variedad en la oferta hostelera no quiere decir que O Muíño no sea parte del corazón de la mayoría de ellos. En buena medida es una proyección de la personalidad de un pueblo o barrio que funciona a un ritmo muy diferente al resto del Ayuntamiento. “Somos un pueblo muy familiar, que se reúne en su bar o en su centro cívico para echar sus partidas de tute”, apunta Cernadas. 


Y O Muíño es ese tipo de establecimientos en los que, sin haber estado antes, muchos coruñeses pueden poner un pie con solo imaginarlo. La vida pasa despacio y la sala principal es un ágora improvisada en el que reina la camaradería y la puesta en común de temas de vecindario. El menú ofrece comida casera entre semana y casi nadie tiene que pedir sus consumiciones. Con sólo un gesto ya se interpreta que es otro más de ‘lo suyo’. “Somos un bar de barrio, con todo lo que eso significa”, advierte José Luis, el dueño. “En verano se nota la bajada de clientela, pero ahora volvemos a recuperar: la gente vuelve a casa, empieza el Obradoiro y también las clases en la universidad”, prosigue. Todo sin variar la admirable calma. 

El último bar de pueblo en un barrio de A Coruña

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