Que la periferia se convierta en el centro de la vida de la ciudad, o al menos que no sea un estigma y sí un motivo para presumir. Esa es la idea de los vecinos del barrio de Feáns, una de las zonas más antiguas de la A Coruña más rural. Sin embargo, los más veteranos han visto crecer frente a sus narices Novo Mesoiro: desde la primera piedra a una población que roza los 10.000 habitantes, la mayor parte de ella jóvenes y niños. Es por ello que la asociación vecinal de Feáns ha visto una oportunidad para hacer una especie de campaña de marketing, que empieza por reivindicar Novo Mesoiro como propio. “Novo Mesoiro es parte de Feáns. Nosotros estamos en la parroquia de San Fernando, donde se sitúa también la ciudad de Novo Mesoiro, junto a las urbanizaciones Breogán y Obradoiro. El pueblo en sí es Feáns”, subraya el dirigente vecinal, José Ramón Cernadas.
Ese plan o campaña de imagen tiene que ver con el sentimiento de barrio, algo muy arraigado en según qué zonas de la ciudad. “Es un barrio joven, con muchos niños, y que esos niños sean un modelo para el pueblo, con sus pistas de tenis, zonas de ocio y demás. Ojalá se conserve todo así”, indica Cernadas. “Queremos que lo que llaman Novo Mesoiro sea un modelo de ciudad, de alguna forma hablamos de marketing, pero que la gente presuma de su barrio y de que éste se diga sin tapujos que es el mejor de la ciudad”, añade.
Se cumplen 21 años de la finalización del primer edificio en el barrio de Novo Mesoiro, que ahora mismo cuenta con la población más joven de toda la ciudad. A pesar de que muchos residentes todavía denuncian problemas de movilidad la zona se ha ido dotando de servicios como centro cívico, centro de salud, colegio o guardería. Solamente la construcción de la biblioteca, un caballo de batalla que desde hace años, permanece como ambición no alcanzada.
El presidente de los vecinos de Feáns, José Ramón Cernadas, destaca además cómo Novo Mesoiro resulta una zona segura, a pesar de pequeños incidentes aislados. “Nuestro barrio es tranquilo y lo único que tenemos es algún problema puntual con pandillitas que vienen de Novo Mesoiro, pero otra cosa positiva es que es una zona muy segura en líneas generales”, destaca. Precisamente, el único incidente que han tenido que lamentar los vecinos de Feáns en cuanto a vandalismo callejero fueron unas pintadas en la iglesia parroquial, que llevaron a otra muestra más de unión entre vecinos: de manera desinteresada y por iniciativa propia decenas de personas ayudaron al párroco a pintar toda la iglesia. Y en esa sociedad modélica, un Novo Feáns es el deseo para todos los residentes.