Una máxima del buen vendedor es que, para hacerse un hueco en el mercado, hay que crear una imagen reconocible por el consumidor. Esto es cierto incluso en el mundo de la criminalidad, donde el anonimato es la norma. Los narcotraficantes también tienen un competencia que desbancar, y por eso recurren a marcar sus envíos de droga con imágenes fácilmente reconocibles: superhéroes de cómic, personajes de televisión o iconos de ordenador. Por eso los investigadores de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Policía Nacional, no se sorprendieron a mediados del año pasado cuando se incautaron de hachís con esas curiosas pegatinas: las siguieron hasta su origen y en febrero consiguieron desarticular a una banda de cinco traficantes.
En su caso, la pegatina consistía en una pequeña planta de marihuana, menos espectacular que los tros ejemplos, pero igualmente delatora. Como señalan desde la Udyco, “es un poco evidente que cada persona que ofrece un servicio o un producto tiene que identificarlo, y esto es exactamente lo mismo: dentro de su negocio ilegal, tienen que actuar bajo los mismos supuestos”. No se trata de un fenómeno reciente: el archivo de la Policía Nacional cada vez registra más.
“Para ellos es importante individualizar su producto. En el caso de las pastillas, ya tienen dibujos impresos, y así sabes el efecto que te van a causar, pero ese es el único caso en el que se puede ver un loco en el menudeo”, continúan desde el grupo de investigación. La mayor parte de las veces, no es el cliente final el que se encuentra con estas pegatinas, como si fuera el caso de un bollo con una pegatina de regalo.
“Realmente, cuando se trata de otras sustancias (heroína, hachís, cocaína) solo se ven el alijos de una entidad superior, los que compran los intermediarios. El último escalón, el del consumidor, no llega a verlos”, aclaran.
Más que designar a una banda, el logo señala un alijo en sí, de manera que si la pureza de una determinada remesa, marcad por una pegatina, resulta ser elevada, se puede convertir en una señal de confianza. “Es como las cosechas de vino, podría asemejarse a una edición limitada”, aclaran.
Eso no quiere decir que los traficante se fíen, claro. Ante la ausencia de etiquetado legal, muchos realizan análisis de pureza, de la misma manera que lo hace la Policía Nacional. En cuanto a los investigadores, las marcas pueden resultarles útiles en sus pesquisas para identificar proveedores. “Si lo encontramos en un punto de Galicia y luego en otro, podemos determinar que tienen al mismo suministrador“.
Capitán América un día, Gladiator al otro... Los investigadores de la Udyco nunca saben con qué se van a encontrar. Pero, como suele ocurrir, todo es márketing y hay poca diferencia entre uno y otro producto: semestralmente el Gobierno realiza exámenes de la pureza de la droga. “Se publican unos tablas a nivel central y los precios y la pureza de la droga es bastante estable”, explican. Como dicen en la Udyco, “se puede hacer una lectura que el mercado ilegal es constante, y que no le afecta la huelga de transporte”.