Un coruñés de toda la vida, de esos que son capaces de caminar por la calle Real y alrededores con los ojos cerrados sin tropezar, podría recitar la ‘alineación’ de locales de la calle de la Barrera como si del once tipo de Irureta y Arsenio se tratasen. Es cierto que de los clásicos sólo sobreviven Surrey, Barrera, Casa Andrés, Tarabelo y los icónicos cocodrilos, pero la entrada en la restauración de la calle es algo así como entrar en un selecto club, una especie de hermandad de las películas universitarias americanas. El último en incorporarse a esa familia será, el próximo 6 de diciembre, La Jungla, situado en el número 5, donde durante años funcionó la cervecería Alquimia.
En realidad, el establecimiento abrió sus puertas el pasado mes de julio, pero para ser considerado un miembro de facto de esa sociedad del tapeo es necesario tener cocina. Y ese es el acontecimiento para el que llevan meses preparándose. Durante todo este tiempo La Jungla ha sido una coctelería con una amplísima oferta de cócteles (más de 30), la mayoría de ellos de inspiración tropical. El propietario, Ángel Alonso, tenía claro por dónde debía pasar el siguiente paso. “Estábamos abriendo los fines de semana con coctelería y copas, pero lo que buscamos es ser un tapeo gourmet, como el de los bares de toda la vida, pero con más calidad”, subraya.
Una vez se pueda considerar a La Jungla un bar de tapas con todas las de la ley, como el resto de la amplia comunidad gastronómica de la Barrera, el factor diferencial tendrá que ver con la forma en la que tratará a los clientes y cómo estos se relacionarán entre sí. “Vamos a crear una red social para hacer citas, encuentros y que la gente se conozca y hable entre sí”, anuncia la propiedad. A la pregunta de quién es esa gente o público objetivo responde: “Estamos enfocados a un público adulto, entre 30 y 45 años, pero con opciones para jóvenes y niños”, subraya.
Y es que, para los habituales del entorno La Jungla tiene algo de conocido. Desde la carta a la ambientación entre tigres y leones, es fácil recordar el Waikiki, la coctelería de inspiración surfera que durante años fue un referente sólo unos metros más arriba, en el número 10 de la estrecha de San Andrés. De las similitudes entre ambos es fácil intuir lo que será la carta de tapas y raciones: fresca, para compartir, con un toque clásico y también un punto de innovación.
Para la apertura de la cocina de La Jungla y su nuevo concepto como local de tapeo está preparándose un gran evento, con convocatoria a través de las redes sociales. La fecha no tiene nada de ‘random’, ya que será también la celebración del cumpleaños de su propietario. Sortearán tarjetas con dinero, tatuajes y botellas.