La comisión de Urbanismo trata el lunes la modificación del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) para dar cabida a la nueva estación de San Cristóbal convertida en intermodal. Esta infraestructura, que albergará las terminales de tren y de autobuses, se realiza en coordinación con el Adif y la Xunta supone una importante urbanización de las calles aledañas, y la propia plaza de San Cristóbal, de ahí que sea necesario la modificación, que ayer se aprobó, aunque de manera provisional, puesto que debe ser llevada al pleno que se celebrará en una semana

Hay que tener en cuenta que cualquier modificación del PGOM debe aprobarse por mayoría absoluta (14 de 27 votos). La modificación permitirá mejorar las avenidas que limitan la estación, tanto la avenida de A Sardiñeira como la del Ferrocarril, así como el propio edificio de la estación. En cuanto a la plaza de San Cristóbal, el documento que presentaron a los representantes de la comisión la califica de “gran atrio urbano”. Es decir, que se convertirá en una especie de vestíbulo para la intermodal.

También menciona el documento la conexión peatonal entre la avenida de A Sardiñeira y la del Ferrocarril, que implica solucionar los problemas que genera el fuerte desnivel entre ambas con unas pasarelas peatonales, algo muy esperado por los vecinos, que ya preguntaron por estas obras durante la presentación realizada por la Xunta de la terminal de bus de la intermodal.

Conexiones y usos

Además, implica un cambio en el sistema de conexión viario, puesto que cuando esté terminada, pasará a soportar mucho tráfico de gran volumen debido a los autobuses de línea. así que será necesario construir autobuses de línea. Pero también en la modificación del PGOM, se incluirá los usos no ferroviarios de la estación, y que también suscitaron cierta polémica entre los comerciantes de la zona, dado que la intermodal acogerá varios negocios de hostelería, por ejemplo.

Las obras de la terminal de autobuses, las primeras que se ejecutarán, darán inicio en octubre y se prolongarán 29 meses, según anunció la Xunta en su presentación del 4 de abril. Sin embargo, solo es la primera parte: toda la zona estará en obras en los próximos años para experimentar una transformación que afectará a Os Mallos y a toda la ciudad.