‘Un tercio de los monumentos de la ciudad tiene desperfectos por ataques vandálicos’, aseguraba este periódico dos años antes de comenzar el siglo XXI. Han pasado 26 años y siguen existiendo desperfectos provocados en algunos de los monumentos más destacados de la ciudad herculina.
De hecho, uno de los ejemplos que contemplaba el artículo por aquel entonces eran los daños en la estatua de Eusebio da Guarda, en la plaza de Pontevedra, que aún a día de hoy, sigue sufriendo diversas pintadas que merman el homenaje al ilustre coruñés.
Esta estatua, que es la más antigua de la ciudad, fue inagurada el 28 de junio de 1891. Promovida durante el mandato del alcalde José Marchesi Dalmau, es una forma de agradecimiento al mecenas por los numerosos buenos actos que realizó para el pueblo coruñés, especialmente la construcción del instituto, de ahí que esté ubicada junto a él.
Ocho años antes de que surgiese la idea de erigir la estatua, Emilia Pardo Bazán ya había proclamado públicamente las bondades de Eusebio da Guarda en una carta.
Hace dos años se colocaron unas agujas más pesadas y resistentes en Méndez Núñez
Todas estas virtudes enumeradas por la escritora de ‘La Tribuna’ no son suficientes para disuadir a los vándalos, que se empeñan en llenarla de pintadas, que son periódicamente eliminadas por los servicios municipales.
Otro ejemplo de un monumento histórico con habituales daños en su estructura es el famoso reloj ubicado en los jardines de Méndez Núñez. De hecho, un nuevo acto vandálico se registró en la madrugada del sábado pasado, cuando las agujas del reloj floral de los Cantones amanecieron rotas y deterioradas. Hace apenas dos años se reparó y se le colocó un nuevo mecanismo para evitar dichos actos. Ejes de acero reforzado, agujas más resistentes y pesadas (de diez kilos cada una) o la creación de un embrague especial para garantizar la integridad de los engranajes fueron algunas de las mejoras que se implementaron.
Pero los vándalos no se han amilanado. La empresa Nemesio, encargada del mantenimiento del emblema floral, asegura que las agujas “están totalmente destrozadas” lo que “probablemente obligará a cambiar el motor”.
La heroína luce una especie de serpentina, acaso un recuerdo de las fiestas recién terminadas
El último de los incidentes y el más sorprendente, es el que ha sufrido una de las estatuas más icónicas de la ciudad, el monumento a María Pita.
Aunque ya estamos acostumbrados a ver a la heroína lucir diferentes emblemas, como las bufandas del Dépor o del Basquet Coruña, desde hace varios días muestra una especie de serpentina, que rodea buena parte del monumento. Puede que sea un recuerdo de las recién terminadas fiestas. Sea como sea, urge que se le retire. Y lo que está claro es que un elemento tan emblemático, situado frente al Ayuntamiento, donde hay vigilancia policial, se libra de sufrir vandalismo.