Tras la demolición de las viviendas de San José, apenas quedan puntos de tráfico de drogas en la periferia (una excepción es As Rañas) pero el problema de las drogas en general, y concretamente de la heroína, se halla disperso por toda la ciudad. Entidades como la Fundación Érguete, el Colectivo Moucho o la asociación Aclad coinciden en percibir un aumento en el consumo. Muchos toxicómanos se inyectan la dosis en el mismo narcopiso, pero si no pueden, lo hacen en plena calle, incluso en el centro de la ciudad.
En el caso de la Fundación Érguete, destacan que cada vez recogen menos jeringuillas usadas de los “chutaderos” conocidos. “Nosotros vamos mucho por O Castrillón y antes solíamos recoger muchas jeringuillas, pero cada vez menos”, señalan desde el programa Sísifo de esta entidad. El año pasado recogieron 431, una cifra similar a los de otros años (en 2019 fueron 471) mientras que en 2017 habían sido 3.000.
Fue a partir de esa fecha cuando el número de hipodérmicas comenzó a bajar, lo que creen que implica un cambio en el modo de consumo: “Cada vez más gente lo fuma, lo que es positivo para evitar algunas enfermedades, como la hepatitis o VIH, pero te quema por dentro”. Además, está la cuestión de la calidad de la droga. “A mediados del año pasado, tuvimos usuarios que se volvieron locos. Gente que no había dado nunca ningún problema y que nos decían ‘no sé qué me pasó’. Creemos que fue por alguna sustancia con la que cortaron la droga”.
Desde el colectivo Moucho, su vicepresidenta, Begoña Rodríguez, asegura que la demolición de las viviendas de San José no ha supuesto ningún cambio en la problemática de la droga en la ciudad. “Normalmente la gente se inyecta en los pisos que hay por toda la ciudad. Algunos lo hacen en la calle, pero son los menos”, apunta Rodríguez, al mismo tiempo que recuerda que la mayor parte de los consumidores son politoxicómanos.
Muchos son antiguos drogadictos que recayeron durante la pandemia, cuando resultaba más difícil conseguir ayuda, pero la vicepresidenta de Moucho recuerda que el consumo de droga está muy extendido en la sociedad, más allá de los estereotipos: “También los médicos, los abogados y los arquitectos pueden ser toxicómanos”. Por su parte, en la Asociación Ciudadana de Lucha contra la droga (Aclad) reconocen que todavía no se ha incrementado el número de nuevos usuarios que piden asistencia para dejar la heroína, aunque los antiguos recaen a menudo. Además, la droga más consumida sigue siendo la cocaína y la marihuana.