Los vecinos de las Casas de Franco volverán a tomar las calles mañana para protestar contra la reforma del entorno que está ejecutando el Ayuntamiento. Lo harán en la plaza de María Pita, según comunicó ayer el PP, que considera que “al Gobierno municipal no le gusta hablar con los vecinos ni acepta la crítica”. Dentro de su forma de hacer política, añade la formación, “no entra reunirse con los vecinos y escucharles”.
La alcaldesa, Inés Rey, mantuvo un encuentro el 10 de abril con los residentes de las Casas de Franco. En aquel encuentro llegaron a un acuerdo: si los vecinos conseguían una alternativa viable para evitar la elevación de la plaza, el Ayuntamiento cambiaría el proyecto. Desde María Pita indicaron en su momento que los cables no podían ser soterrados, debido a la existencia del parking subterráneo, motivo por el que se optó por la elevación, de unos 40 centímetros. Los vecinos emitieron una carta a la alcaldesa en la que aseguran que autoridades de Industria les dan la razón, pero desde el Gobierno local consideran que las palabras no son suficientes para modificar una obra ya en marcha, por lo que es necesario un informe.
“El Gobierno municipal disfraza lo de escuchar, porque escuchar es entender y ofrecer soluciones y eso no lo hacen”, comentan desde el PP de A Coruña. El BNG, por su parte, preguntará en el pleno qué razones técnicas tiene el Gobierno municipal para “desatender a proposta da veciñanza das Casas de Franco” siendo su demanda una obra “menos custosa e menos complexa tecnicamente”, entre otras cuestiones.