Ahora sí, la discrepancia entre los vecinos de las Casas de Franco y el Ayuntamiento es historia. Ruidosa y larga, pero historia. Cinco días después de conocer la última versión del proyecto municipal, esta vez sí, los residentes han dado el visto bueno.
Y es que todas y cada una de las demandas que les llevaron a salir a la calle, alzar la voz y el altavoz y realizar varias performances se han cumplido: la reducción del muro inicial a cota cero, la instalación de contenedores para cada portal, el acceso optimizado para vehículos de emergencias e incluso un área reservada para la farmacia.
El único conato de discrepancia pasaba por la longitud y el ancho de las zonas de carga y descarga, así como las medidas de acceso a los portales. No merecía la pena estirar el chicle, consideraron los vecinos, que ya han trasladado el ok al Ayuntamiento.
Se pone así fin a un año de tiranteces, desde que la obra fue adjudicada en julio de 2023 y se estableció un plazo de ejecución de cinco meses. La intención del Ayuntamiento es retomar los trabajos lo antes posible, esta vez con el beneplácito de los principales beneficiados.