La Junta de Gobierno local se reúne hoy para, entre otras cosas, aprobar la ampliación del plazo de ejecución de las obras de la acera de la ronda de Outeiro, frente a las Casas de Franco, en el barrio de O Ventorrillo. Es probable que los vecinos no acojan la noticia con alegría, porque están en medio de una recogida de firmas para detenerlas.

El motivo es que las obras incluyen un muro de 1,5 metros de alto entre la calzada y la acera, para crear una pequeña zona de aparcamiento, separándola del tráfico de la ronda de Outeiro. Sobre el papel, suena bien, pero los vecinos están molestos. Primero, porque nadie les ha consultado al respecto. Segundo, porque el muro supone la eliminación de unas 20 plazas de aparcamiento y porque obliga al público a estacionar en doble fila una manzana más arriba o abajo. Nadie está muy satisfecho y ya se han recogido 300 firmas. 
 

Además, han sufrido considerables molestias, por no hablar de los retrasos. Lo que los vecinos querían era que se renovara la zona verde. Sin embargo, la Concejalía de Infraestructuras decidió invertir 470.000 euros en humanizar la zona.  Desde entonces, no han sufrido más que molestias, y temen que cuando esté concluida, siga dándolos.