Apenas 20 meses como presidente le han servido a Víctor Lamela (A Coruña, 1983) para poner la asociación vecinal de Novo Mesoiro a la cabeza de las más reivindicativas de la ciudad, en buena medida gracias a su activo papel a través de las redes sociales. Sin embargo, tras la reciente renuncia a la organización de las fiestas vivirá como un residente más y desde fuera las fiestas que hoy comienzan en el barrio.
¿Cuál es su sensación de cara a estas fiestas?
El programa se ha cumplido casi al completo, pero sin comunicación y tarde. Nos alegramos de tener fiestas, pero nos entristece tener cero comunicación con el Ayuntamiento. Lo que se anunció en su día, cuando se presentó el proyecto, era con una mejillonada el jueves, viernes a ritmo de rock rock, sábado con orquesta y domingo de sesión vermú. Ahora se ha quedado en tres días.
¿Las consideran suyas?
No, porque falta toda la parte social. La parte de conciertos sí que es parecida al proyecto original, pero falta la parte deportiva, conciertos culturales o talleres gratuitos por parte de comercios del barrio. Al no haber colaboración con nosotros desaparece todo eso. Intentaremos retomarlas el año que viene y pondremos una fecha límite para sentarnos y hablar.
¿Por qué se produjo la ruptura con el Ayuntamiento?
Intentamos hablar con el Ayuntamiento para establecer una reunión. Numerosas veces quisimos saber lo que tenían pensado y solamente recibimos largas. Les dimos un toque y quedaron en llamarnos. Ese “para la semana os llamamos” se quedó en nada.
¿Las van a disfrutar como normalmente?
Exacto. Las disfrutaremos sin preocupaciones, que casi es mejor. Se echa de menos todo lo demás de la parte social.
¿Qué crítica hace al Ayuntamiento?
En numerosas publicaciones de redes sociales indicamos el problema, y en ningún momento hubo una llamada. Con una sola llamada se hubiese solucionado todo.
Pero ustedes no solos no hubieran sido capaces de traer a Café Quijano...
Es lo que habíamos pedido para el jueves, después de la mejillonada de los hosteleros. Es parte de lo que organizábamos nosotros. Pensábamos que el gran concierto que pedíamos no nos lo darían. Es prácticamente el cierre de las fiestas de A Coruña, por lo menos empezamos a formar parte de la ciudad.
¿Se consideran un dolor de muelas?
Simplemente pedimos lo que llevamos años sin tener. Otros barrios no pueden tener quejas de deficiencias de servicios. Dependemos de un solo bus para ir al hospital, con transbordos y tras una hora de viaje.
¿Cuál es la relación con el Ayuntamiento?
Hasta antes de las elecciones era muy buena. Después, no hemos vuelto a tener comunicación.
¿Habrá un antes y un después de las fiestas?
Eso está claro, por lo menos en la forma de proceder con las fiestas. Para el resto, dependerá del trato.
¿Cuál es la situación de Mesoiro en agosto de 2023?
Estamos mucho mejor que hace tres años: ha mejorado la frecuencia del bus, hay corredor, pista de patinaje... quizás la seguridad es lo que más urge mejorar, así como la biblioteca. Somos el barrio con más natalidad y no hay biblioteca.
Muchas veces se quejan de lo duro que es vivir allí.
La gente que vive en Novo Mesoiro está encantada, dice que no lo cambiaría por nada. Es un lugar súper tranquilo y hasta hace mes y medio no había incidencias de ningún tipo. A la gente le gusta mucho y se demuestra en el ritmo de venta de pisos.