Vivamos como pioneros en A Coruña: vuelve el primer supermercado de la historia

El Gadis del mercado de San Agustín reabrirá hoy sus puertas en el mismo emplazamiento donde en septiembre de 1958 se ubicó un espacio que cambiaría la forma de comprar de los coruñeses: la inauguración fue un acto de Estado con la presencia de Franco del que también se haría eco el Nodo unos días después
Vivamos como pioneros en A Coruña: vuelve el primer supermercado de la historia
Las cajas registradoras fueron importadas de Estados Unidos | FILMOTECA ESPAÑOLA

El primer supermercado de la ciudad abrirá sus puertas en San Agustín. Esa tan moderna expresión del “da igual cuando lo leas” se hace especialmente apropiada para definir lo que supone la vuelta del espacio que ahora ocupa Gadis a los bajos del mercado: hace casi 66 años (se cumplirán el próximo 6 de septiembre) el mismo emplazamiento fue escenario de una inauguración convertida en una cuestión de Estado para el Régimen y de orgullo local para una ciudad que entraba en una nueva dimensión comercial. Después de San Sebastián, Bilbao y Gijón, esos espacios “autoservicio”, como se denominaron entonces, llegaron para cambiar los hábitos de toda una ciudad. 


El cine made in Hollywood se había encargado de establecer un relato de los felices años 50 a través de una idealización del ‘american way of life’, y entre los elementos de todo ese bombardeo de propaganda y aspiraciones a imitar por el resto del mundo estaban esas grandes superficies comerciales en las que encontrar todo lo que uno pudiera necesitar. De hecho, todo el mobiliario y la tecnología de aquel espacio Cabsa (Comisión de Abastecimientos) fue importado del Tío Sam. Solamente seis años antes aún estaban en vigor las cartillas de racionamiento posteriores a la Guerra Civil.

 

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Latas de conservas perfectamente dispuestas en los estantes


Franco apuraba sus vacaciones en el pazo de Meirás y los propagandistas del Régimen no dejaron escapar la oportunidad de darle solemnidad a la cita. La edición del 15 de septiembre de 1958 el Nodo narraba a todo el territorio nacional el hito que suponía para la entonces “La Coruña” la llegada del referido autoservicio. Al relato contribuye la efusividad y emoción de la voz en off, mientras el dictador recorre los pasillos a rebosar de pescados, frutas y todo cuanto una “ama de casa”, según crónicas de entonces, pudiera necesitar. De hecho, entre las bonanzas del nuevo espacio llegaba, según indicaba el Nodo, un formato ahorro que reduciría los gastos familiares en un “cuarenta por ciento”. Acompañaron a Franco, entre otras autoridades, el alcalde Alfonso Molina en una de sus últimas apariciones públicas, además del cardenal Quiroga Palacios, bendición mediante, o el ministro de Comercio, Ullastres.


Dimensión social 

La dimensión social de la apertura del establecimiento lo marca el hecho de que superó en repercusión al anuncio de la ampliación de la Fábrica de Armas o la inyección de 44 millones de pesetas para el aeropuerto de Alvedro. Esto era un cambio directo, inmediato y radical para el día a día de buena parte de la población de a pie. Un punto de inflexión y sin vuelta atrás en los hábitos de toda una ciudad, tal y como reconoce el periodista y exconcejal Emilio Quesada: “Supuso un auténtico impacto y un día de fiesta para la ciudad: fue una jornada de fiesta y una inauguración con bombo y platillo”. Entonces técnico de la administración provincial, Quesada todavía recuerda de qué forma A Coruña cambió desde la antaño llamada plaza de los Huevos: “El coruñés se adaptó muy rápido y dejó de ir de tienda en tienda”. 

 

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Algunas marcas espirituosas aún son hoy reconocibles


Por su parte, el periodista Cristóbal Atienza tenía siete años cuando cambió para siempre la manera de comprar de los coruñeses. “Vivía en la plaza de España y me acuerdo de bajar con mi madre a lo que luego fue un referente en la vida social”, dice. “Fue un acontecimiento para todo el barrio y cita obligatoria para todas las mujeres, que se reunían alrededor del mercado. Sobre todo recuerdo el pescado en las estanterías, era algo impresionante”, finaliza.


Ambos reconocen que, aunque las novedades suelen generar rechazo y recelo de primeras, fueron pocos los que se resistieron a los encantos de lo que posteriormente se llamaría supermercado. Desde hoy, el pionero emplazamiento comienza una nueva etapa. 

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