Varios testigos que han declarado en el juicio por el asesinato de una mujer en el municipio coruñés de Oza-Cesuras han confirmado que el acusado, en varias ocasiones, mostró su malestar con el marido de la víctima ante el trato recibido por su mujer en la empresa en la que ambos eran compañeros. En concreto, indicaron que se mostró "enfurecido", "con resquemor" y que dijo que iba a "tomar medidas" ante un asunto que no iba "a quedar así".
Así lo han expuesto en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de A Coruña por unos hechos ocurridos en la tarde del 15 de enero de 2021 después de que el procesado, según Fiscalía, accediese de manera sorpresiva y armado a la vivienda, persiguiese a la mujer y le disparase en el cráneo. Tras los hechos, fue detenido oculto en unos matorrales, con abundantes manchas de sangre en su ropa.
"Ese señor estaba enfurecido y se dirigió a mí quejándose del trato a su mujer y diciendo que las cosas no iban a quedar así y yo lo anoté en el parte de incidencias", ha puntualizado uno de los guardias de seguridad de la empresa en la que trabajaban la mujer del acusado y el marido de la víctima en alusión al encausado.
En esta jornada, también han comparecido testigos relacionados con el arma con la que se cometió el crimen, una pistola, que era propiedad de un miembro jubilado del Cuerpo Nacional de Policía. En su declaración, ha señalado que se la quedó "como recuerdo" y que estaba "inutilizada totalmente". "Me enteré al cabo de mucho tiempo que no estaba en mi casa y mi nieto me dijo que la había cogido él", ha dicho.
Esta versión ha sido corroborada tanto por este familiar, al asegurar que la cambió "por unos porros", y por el individuo que la recibió, quien manifestó que "la tenía como un juguete". Además, precisó que su hermana la había tirado "a un contenedor" tras haber sufrido un desahucio. "Yo sé que tiré todo, vacié todos los cajones, no lo recuerdo muy bien y quizá estaba el arma también en las cajas", ha indicado ella.
Por su parte, el padre de la víctima ha asegurado que su hija le transmitió, respecto a la relación mantenida a través de mensajes telefónicos entre su yerno y la mujer del acusado, según confirmaron ellos mismos en su declaración este lunes, que "el tema estaba zanjado".
Hasta ahora han declarado vecinos de la víctima que confirmaron, en línea con la investigación de la Guardia Civil que apunta a la participación de un solo hombre, que únicamente vieron a un individuo en la finca de la fallecida. Una de ellas reconoció al acusado, al ser preguntada.
Su declaración como testigos difiere de la afirmación que sostuvo al inicio de la vista el procesado, que prestará declaración tras las testificales y periciales. En sus primeras palabras, tras constituirse el jurado y exponer las partes sus argumentos sobre las penas que piden, se declaró inocente de asesinato y culpable de robo.
También apuntó a un conocido como autor de la muerte de la mujer. Tanto el viudo de la víctima como la mujer del acusado, antiguos compañeros de trabajo, han reconocido, por su parte, haber mantenido una relación "íntima" a través de whatsapp en la que se contaban sus "problemas" conyugales y a la que pusieron fin cuando se enteraron sus respectivas parejas. No obstante, desencadenó en problemas en el ámbito laboral.
Para Fiscalía, que pide una pena de 25 años de prisión por un delito de asesinato y tres años de cárcel por tenencia ilícita de armas, la muerte de la mujer en su vivienda fue "un crimen motivado por un fuerte ánimo de venganza por motivos laborales, cuyo germen es una relación personal entre la mujer del acusado y el marido de la víctima".
Por su parte, la acusación particular, que pide prisión permanente revisable por el asesinato, además de penas de prisión por tenencia ilícita de armas y allanamiento, descarta la implicación de otro hombre, como sostiene la defensa. Esta parte pide de dos a cinco años por tentativa de robo con violencia en casa habitada.