El clamor contra la decisión del Ministerio de Transportes de establecer una nueva área de servidumbre acústica, comúnmente denominada huella sonora, para el aeropuerto de Alvedro se incrementa. Si la pasada semana era el Gobierno local de Culleredo el que anunciaba la interposición de un recurso contencioso administrativo, ahora es el de Oleiros el que se adhiere a la medida interponiendo otro.
El alcalde oleirense, Ángel García Seoane, justifica la iniciativa municipal a través de una crítica: la de que el Gobierno incrementa la zona de servidumbre. Esta pasa de 250.000 a 535.000 metros cuadrados afectando así a casi trescientas viviendas.
“Novamente o Ministerio de Transportes vén de aprobar unha huella sonora que afecta gravemente a moitas propiedades situadas en Montrove, O Seixal e O Castro. É a terceira vez que o ministerio nos toma o pelo coas modificacións que quere efectuar da huella, gravando así a centos de propiedades dos veciños”, indicaba en su momento el mandatario local.
Por su parte, el Gobierno local, que preside José Ramón Rioboo, indicaba que la interposición de su contencioso se fundamenta en aspectos y criterios eminentemente técnicos. “El Ayuntamiento, a instancias de la recomendación de expertos, encargó ya la realización de un informe pericial que demuestre los errores en que haya podido incurrir la administración estatal al definir las servidumbres, el mapa estratégico de ruido y su plan de acción asociado”, indican desde Culleredo.
El alcalde señalaba que con esta medida se defienden los intereses de los vecinos e insistía en la necesidad de garantizar la convivencia con el aeródromo.