De madrugada. Con calvas en las gradas. Retransmitido por una plataforma de pago. Tras una derrota. La despedida de Rafa Nadal estuvo muy lejos de estar a la altura de su leyenda. Se merece (nos merecemos) otro adiós. Por aquello de la capacidad, quizá en un abarrotado campo de fútbol (¿el Bernabéu?). Con Federer, Murray y Djokovic presentes, y no entrando por vídeo. Y contado en una televisión que no sea de pago.