Betanzos, París y Londres. Una oda de una poetisa betanceira comienza así, emparentando estas tres localidades. Esto nos habla de la alta estima que tienen los habitantes de la Ciudad de los Caballeros. Y más que la tendrán tras lo ocurrido el pasado viernes, en la inauguración oficial del acontecimiento de mayor seguimiento mundial, los Juegos Olímpicos. Lo que vimos fue un desfile de barcos por un río, mucha gente mojada y, como gran colofón, un globo elevándose a los cielos en la oscuridad de la noche. En la ceremonia solo faltó un chef Michelin cocinando a Rafa Nadal, que fue de los que más trabajó en la ceremonia, una tortilla de Betanzos (que, por cierto, se puede consumir en el restaurante A Penela que hay en la ciudad de la luz cerca del Folies Bergère) para reponer fuerzas. 
Betanzos, París y Londres: dos ciudades olímpicas y otra que, visto lo visto el viernes por la televisión, perfectamente podría serlo.