Los bloques de aliados y contrarios a la invasión rusa a Ucrania están prácticamente definidos y podrían servir perfectamente para explicarle a un estudiante cuáles son los países democráticos y cuáles las dictaduras ante las que mantenerse alerta. Del lado de Putin, además de algunas de esas antiguas repúblicas soviéticas terminadas en ‘istán’, Armenia y Bielorrusia, que forman una especie de OTAN rusa, está el presidente sirio, que pone los pelos de punta cada vez que habla, y en este caso defiende lo que llama “corrección de la historia” y “restauración del equilibrio en el mundo”. En la misma línea de chaladura, Cuba, Venezuela y Nicaragua, que tienen la poca vergüenza de hablar de actos de paz por parte de Rusia, e Irán, el de las armas nucleares, que culpa a la OTAN por la crisis ucraniana. Aunque este, al menos, ha llamado a un alto el fuego, que dentro de lo malo, nos da un poco de tranquilidad. Solo un poco. De China nada se sabe, pero todo se supone.