Algo más de un mes. Es el tiempo que dista hasta el intento de investidura de Núñez Feijóo. La jugada gusta y atemoriza a ambos lados del espectro político. El PP gana tiempo: Para insistir en el discurso del presidenciable Feijóo, para la posible búsqueda de las voluntades de cuatro diputados que terminen de completar la ecuación. O para echar más presión sobre otros grupos. A Sánchez, el tiempo también le convence. Gana semanas para seguir limando asperezas con los independentistas. Además, el acuerdo, de haberlo, sería después de la Diada, que podría convertirse en un polvorín si el pacto se presentase antes. Sánchez confía en que Feijóo fracasará. Pero el popular gana oxígeno. El cálculo de los tiempos con el adelanto electoral no terminó mal para el socialista. ¿Acertará ahora?.