Los muy coruñeses, esos que pueden decir de carrerilla una decena de lugares emblemáticos y edificios simbólicos que marcaron su infancia y su juventud –igual porque son de una época en la que las ciudades no se parecían entre sí–, están emocionados con la vuelta a la vida del antiguo Cine Avenida. Porque lo que importa no es la reforma, es el recuerdo que despierta.