Miserables sin disfraz

Miserables sin disfraz
Selena Gomez | efe

Será por aquello de que estamos en época carnavalera que algunos se han puesto la careta de miserables y se han dedicado a soltar bilis en las redes sociales –dónde si no– a cuenta del aspecto de mujeres a las que no hace mucho se consideraba poco menos que diosas precisamente por su físico. Se ve que los avances en igualdad, respeto, valores y demás de los que tan orgullosos estamos como sociedad tienen más de palmadita autocomplaciente en la espalda que de realidad. Y que, al final, caemos en la misma barbaridad de siempre de creernos legitimados para despedazar a alguien por cosas como los kilos que marca su báscula. Especialmente, si a esa báscula se sube un cuerpo femenino. Porque ya se sabe que las mujeres están en este mundo para que otros se entretengan mirándolas – cuánto más si son actrices– y que, por supuesto, si a estos no les gusta lo que ven lo griten a los cuatro vientos. Ojalá lo suyo fuese un disfraz del que poder deshacerse y no una condena para los que tenemos que soportarlos.

Miserables sin disfraz

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