Betanzos ultima la operación para ‘vaciar’ el Mercado Municipal de O Azougue. La intención de la empresa contratada es iniciar las obras este mismo mes, de manera que tanto las asociaciones que tienen su espacio en el nivel superior del inmueble como los vendedores, situados en el inferior, tendrán que trasladarse a un emplazamiento alternativo –eventual en el caso de los comerciantes, que volverán una vez acabadas las actuaciones– y adaptarse a su nueva situación, aunque la idea es “no salir del casco histórico”, apuntaron desde el Gobierno de María Barral.

Los colectivos sociales y culturales que ocupan las instalaciones con acceso desde la calle de A Pescadería iniciaron estos días el empaquetado de sus materiales, que los operarios municipales se encargarán de trasladar a otros inmuebles con los que cuenta el Ayuntamiento de Betanzos. “Cada uno a una ubicación adecuada a sus necesidades”, indicaron sus responsables, que también explicaron que a aquellas para las que A Pescadería era “centro de encuentro” ocasional, “se les custodiará el material” acopiado y “el día que lo necesiten” se les cederán “instalaciones municipales” alternativas, explicaron desde el Ejecutivo de Barral.

En relación con los vendedores, con los que siguen en conversaciones, indicaron que “estamos tratando de encontrar una ubicación” en la que concurran las cualidades  exigidas, dentro del casco histórico de la ciudad y en un único espacio para todos, aunque esta opción “no es sencilla” teniendo en cuenta que son varios los afectados y que se necesita un mínimo de metros para alojarlos en unas condiciones similares a las que les ofrece O Azougue.  

Esta semana “se abrió el abanico” y en cuestión de días “se cerrará la ubicación” para comenzar a vaciar el mercado y dejarlo “en disposición” para iniciar unas obras que se antojan ‘clave’ para el casco histórico de Betanzos.

Innovación

Con esta actuación en el corazón del antiguo castro, que parte de la idea de que el área monumental ha de ser un motor económico tanto para la ciudad como para su comarca, se aspira a hacer del mercado un ‘revulsivo’ para el casco histórico convirtiéndolo en un espacio atractivo, siguiendo algunos de los modelos de más éxito en Galicia. Un nuevo concepto de mercado en el que la oferta hostelera se unirá a la actual, donde las actividades alrededor de la gastronomía converjan con los usos tradicionales de estas instalaciones ampliando los espacios de venta e incorporando sistemas sostenibles y energías renovables en una apuesta manifiesta por la Agenda 2030.

En cuanto al inmueble original, se recuperará íntegramente  “eliminando todos los añadidos y rescatando su tipología inicial, de mitad del siglo XX –se inauguró en 1951– de acuerdo con el diseño de los arquitectos Antonio Tenreiro Rodríguez y Peregrín Estellés.

Las actuaciones, asociadas al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea se adjudicaron a la compostelana Obras Gallaecia por casi dos millones de euros, y esta empresa deberá terminar las obras antes de que acabe 2024.