La creación del premio Úrsula Meléndez de Texeda en 2009 marcó el inicio de una serie de actividades que, desde entonces, han encumbrado las acciones de más de una decena de ciudadanas y asociaciones que, de manera individual o colectiva, desde cualquier ámbito o especialidad, han colaborado en el impulso de la igualdad en Betanzos. En esta edición la elegida ha sido Consuelo Carro Veiga. “Una betanceira que se quedó viuda muy joven y que sacó adelante a sus ocho hijos, que sigue trabajando en su huerta y manteniendo muchas de las tareas que desarrolló durante su vida y que gracias a ellas sacó a su familia adelante en tiempos duros”, explicó este miércoles el Gobierno de María Barral.
Con esta distinción se quiere reconocer a todas las mujeres que, como ella, sacaron adelante a sus familias solas, con arrojo y esfuerzo, y rendir “un más que merecido homenaje a una auténtica matriarca, que “luchó y lucha por reivindicar su papel como mujer, sus derechos, a base de esfuerzo, trabajo y sacrificio”, añadieron desde Betanzos.
En aquel 2009, la corporación acordó también que la entrega del Meléndez de Texeda coincidiese con los actos conmemorativos del 8 de Marzo (Día Internacional de la Mujer). La distinción que debe su nombre a quien en 1629 impulsó la construcción del Colexio de Orfas del Cantón de San Roque, la actual sede del Centro Municipal de Maiores de Betanzos. Desde 2006 también es una calle de As Cascas. Entonces, coincidiendo con el 8-M, se acordó, por motivos similares, incluir entre las vías municipales, los nombres de otras tres heroínas: Sancha Rodríguez, esposa de Fernán Pérez de Andrade; Clara Sánchez, que estuvo casada con el cabecilla irmandiño Afonso de Carballido, y Paquita Zuloaga, la maestra que se encargó de la educación de cientos de escolares de As Mariñas.
En testamento otorgado el 24 de noviembre de 1629, Úrsula Meléndez de Texeda ordenó la construcción de esta casa, coronada con el escudo de la ciudad, para acoger en ella al menos doce niñas huérfanas de Betanzos.
El inmueble, reproducido en el museo Pueblo Español de Barcelona, se mantuvo con actividad más o menos constante hasta la actualidad como centro municipal, como sede cultural en los 80 (Biblioteca Castelao); social en los 90 y 2000, con actividades para la Tercera Edad, y también educativo desde hace unos meses, como sala de estudio nocturno para adolescentes y universitarios, que aprovechan el silencio de este singular espacio del Cantón de San Roque.