Una cita seis veces centenaria que, a pesar de la meteorología, volvió a atraer cientos de visitantes a Betanzos. La Feira del Primeiro de Maio, casi tan concurrida como vetusta, causó atascos en los accesos, agotó los aparcamientos y convirtió el centro de la ciudad en un hervidero de  almas solo comparable a las manifestaciones del Día del Trabajador que se celebraron en A Coruña. Eso, antes del mediodía, cuando empezaron los aguaceros y las carreras entre mostradores de los vendedores para abrigar sus mercancías, donde abundaron los inconfundibles colores vivos de los meses de verano, los complementos y los paraguas de casi cualquier tamaño, entre los más solicitados de este 1 de Mayo.

En cualquier caso, las semillas y los cultivos de siembra, sobre todo hortalizas y verduras, como tomates, pimientos, pepinos y algunas variedades de lechuga y de col, pero también flores, volvieron a ser las estrellas de este mercado, que comenzó a celebrarse en 1341. Entre los clientes, muchos coruñeses y, sobre todo, numerosos vecinos de la comarca que, como cada año, disfrutan del festivo en Betanzos.

“Aprovechamos para venir a comprar plantas para la huerta, y aunque ha empezado a llover, merece la pena estar aquí, siempre llevamos alguna cosa más de las que  teníamos previstas”, comenta María, que se desplazó con su marido desde A Coruña.

Operativo
La afluencia de visitantes causó retenciones en A Magdalena, A Ponte Vella, As Cascas y Jesús García Naveira, aunque el dispositivo activado por la Policía Local y Protección Civil de Betanzos, minimizó las colas y los  excesos en los estacionamientos, sobre todo alrededor de la plaza  de los Irmáns García Naveira.

Aquí, donde está el meollo de la celebración cada dos semanas –los días 1 y 16 de cada mes– hasta el aparcamiento subterráneo colgó el ‘completo’ y los alumnos de la EMuF (Escola Municipal de Folclore) tuvieron que colarse entre los viandantes para situarse en el emplazamiento marcado para interpretar el ‘Canto dos Maios’, una tradición que anima a despedir el invierno y abrazar los primeros frutos y flores, recuperada  hace unos años en la ciudad, que arranca los aplausos de los asistentes a su actuación en O Campo. Otros muchos los acompañan en todo el recorrido por las calles del casco histórico, desde su salida del conservatorio, en Os Cabildos. Vestidos de blanco, adornados con collares y flores, niños y niñas, e incluso algún adulto, llenaron de música, color, ritmo y olor el centro de Betanzos.