Decir que son nueve es un ejercicio de benevolencia porque de tres tan solo la toponimia y una web especializada dan fe de que un día sirvieron de cobijo y almacén para el personal encargado del mantenimiento de la carretera nacional N-VI, en sus dos tramos de la comarca.

Tan solo una de estas viviendas, la que se encuentra en la parroquia de Coirós, en el punto kilométrico 567,7, muestra un relativo buen estado. Las otras cinco que todavía no han desaparecido y mantienen el tipo en los márgenes de la vía estatal están muy deterioradas. 

Unas más y otras un poco menos. La denominada ‘Casa do Lagoeiro’, en el municipio de Aranga (kilómetro 549,6), ya muestra su interior después de que el desinterés, el olvido y la meteorología provocasen la caída de una sus cuatro fachadas.

Las ‘casillas’ de Iñás (kilómetro 584), Outeiro (Miño, 14,2 de la actual N-651), y Tiobre (Betanzos, 3,311, N-651) han desaparecido por completo y solo el nombre del lugar, en el caso de esta última, deja constancia de que fue un refugio de peones camineros.

Tortilla de Betanzos
 

Dato curioso es que la ‘casilla’ que todavía se mantiene en pie en el núcleo urbano de Betanzos (kilómetro 581) es la que presta su nombre al establecimiento hostelero, que con su receta de la tortilla, ha situado a la ciudad de los Caballeros en uno de los referentes gastronómicos del estado español.

No obstante, todavía hay espacio para la esperanza. Al menos el Ayuntamiento de Culleredo se ha puesto manos a la obra para rehabilitar la ‘casilla’ de Acea de Ama, en O Burgo y transformarla en un centro cívico municipal. Quizás no todo este tan perdido.