La investigadora y docente de la USC, Rosa Crujeiras (Ribeira, 1978) acaba de obtener el premio al talento joven femenino que otorga la Real Academia de Ciencias de España. Este reconoce sus aportaciones científicas en el área de las matemáticas y, más específicamente, en la estadística.
En concreto, la contribución que el jurado ha decidido valorar como merecedora del galardón son sus hallazgos en materia de comprensión de mecanismos capaces de generar datos complejos. Es decir, por hacer más comprensible la idea, modelos matemáticos que ayudan a explicar y predecir información —no siempre numérica— que se pierde al utilizar herramientas estadísticas clásicas.
Al preguntársele sobre la sensación que le inspira haber sido reconocida de esta forma, Crujeiras no puede ocultar la ilusión que le hace. Sin embargo, no tarda ni un segundo en asumir la responsabilidad que supone un galardón así.
Tal y como ya había expuesto el discurso que dio al recibirlo, la profesora de matemáticas insiste en que "non é suficiente con premios", a lo que añade que "para que as mulleres teñan referentes en ciencia, teñen que liderar proxectos, grupos e centros".
No basta con tener acceso a los despachos, hay que ir más allá, y eso es lo que reivindica la ribeirense desde su posición.
"Non o esperaba", reconoce la catedrática entre risas. "Había moitas candidaturas", señala. Además, insiste en que, tratándose de un trabajo de estadística, "case ten máis valor" por el peso que tiene esta disciplina dentro del vasto mundo de las matemáticas.
Rosa es la única directora de centros de investigación de matemáticas en España pero, por supuesto, esto no implica que no haya más mujeres capacitadas para ocupar cargos semejantes.
"Non quixera caer no síndrome da supervivinte, pero si que sufrín discriminación", relata la profesora.
Acusa haber vivido muchas situaciones de micromachismo y, aunque se considera afortunada por los grupos de trabajo en los que se ha movido y por las oportunidades de las que ha gozado, expone como una realidad innegable que hay mucho trabajo por delante en este sentido.
Lo mismo con la juventud. Aunque su ejemplo no es el más representativo porque ha podido liderar muchos proyectos, es consciente de que no es lo mayoritario.
Por último, la investigadora lanza un mensaje a toda la comunidad científica: “perder ás mulleres neste eido é desperdiciar o 50% do talento que temos”.