La lluvia intermitente no impidió que ayer las calles compostelanas se llenasen de música, coreografías y diversión. 

Cientos de participantes y miles de visitantes disfrutaron a partes iguales del derroche de creatividad que teñían las comparsas y carrozas que protagonizaron el gran desfile.

Sin embargo, entre las quince grandes propuestas hubo una que destacó ligeramente sobre el resto. Procedentes de la parroquia tracesa de Chaián, Festas do Apóstolo conquistó la mirada y el gusto del público.

También hizo lo propio con el jurado de los premios que repartió el Ayuntamiento. Fue tanto así, que decidieron reconocer su originalidad y acierto con el galardón a la mejor comparsa y a la mejor carroza. 

Su idea era homenajear y recordar el estilo de las fiestas del día grande de Galicia en la década de los 60 y, para ello, el colectivo creó su propia noria, carruseles e, incluso, su Catedral de Santiago particular.

Así, esta agrupación compuesta por algo más de medio centenar de personas coordinadas por la Asociación Veciñal Carballeira, logró captar toda la atención y coronarse como reina del carnaval compostelano en el primer año que participaban.

Hubo más reconocimientos

El éxito sin precedentes de la propuesta de Chaián es un reclamo para que el resto de parroquias compostelanas se animen a participar en próximas ediciones.

Sin embargo, a pesar de que su triunfo es el más llamativo, no es el único. El talento y originalidad fueron aspectos comunes en las quince comparsas, diez grupos y nueve carrozas que formaron parte del desfile.

Las mejores fueron reconocidas en la entrega de premios celebrada en la Sala Capitol justo después de la marcha.

Ahí se reconoció la calidad de Festas do Apóstolo, pero también de Mar de Heroes (de Portonovo) y Aspas en el País de las Mavillas (de San Marcos), que se llevaron la plata y el bronce en la categoría de carrozas.

En la de comparsas también fue la agrupación de Trazo quien se llevó el primer puesto, pero el jurado decidió que también debían ser reconocidas Exoplaneta Conxo K2-18B y Escolas da Inmaculada, ambas de la capital gallega.