Al final, fue la acción combinada del farmacéutico de la botica Elviña, el camarero de un bar y un cliente la que consiguió detener al joven que se dedicaba a atracar farmacias y entregarlo a las autoridades. Aunque de momento no hay confirmación oficial, el propio farmacéutico de la calle de María Casares parece seguro. Cuando lo sorprendió mientras atracaba a una empleada, lo único que pudo decir fue “Tío, ¿otra vez aquí?” .
El atraco tuvo lugar a las dos menos cuarto de la tarde. Al parecer, el sujeto entró armado con cuchillo y no con una pistola, como había hecho un mes antes en esa misma farmacia, así como hace dos semanas en otra de Ángel Senra. Pese a ello, en la de María Casares parecen convencidos de que se trata del mismo individuo .
Al parecer, el titular de la Farmacia descubrió al sospechoso en pleno atraco, amenazando con un cuchillo a su empleada, que le estaba entregando varios billetes. Fue entonces cuando le abordó. El joven estaba nervioso y se limitó a decir que él era un “mandado” y que le estaba esperando.
Un placaje
Pero mientras eso ocurría, el farmacéutico se dirigía a la puerta, y cuando el atracador salió a la calle, dio la alarma. “Gritaba que le estaban atracando”, comentaba el camarero. En un principio, pensaron que el atraco ya se había consumado, pero cuando vieron al joven que se dirigía hacia ellos no dudaron: “Le placamos entre los tres”.
Allí lo mantuvieron en el suelo, inmovilizado, hasta que acudieron motoristas de la Policía Nacional, aunque fue la Policía Local quien lo trasladó.