Al violinista cubano Eduardo Coma no se le ocurrió mejor cosa para celebrar sus 50 años que en el escenario, rodeado de su gente y con el público de frente, que “es la gran familia del músico”. El teatro Rosalía lo recibe a las 20.30 horas vestido de guirnalda para escucharle tocar “Violingrafía”, donde va contando su vida en melodías.
Es un repertorio “de recuerdos, de mi infancia, de cuando nací en Camagüey”. La casa en la que vivía era de esas grandes coloniales y él pasaba del salón a la cocina. En todas las estancias, se escuchaba una emisora de radio y por el aparato salía el sonido de la “orquesta típica cubana y te quedabas un ratito a oír. Tenían violines y chelo cuando lo normal es que no lo tuviesen”. Coma se quedó prendado de aquella forma de ponerle ritmo a la vida.
Nieto de Jorge Vega, “del que comentan que tocaba el bongó como los negros”, biznieto de un pianista, poeta y artista, Eduardo heredó el gen de la sensibilidad, que le llevó a Granada con una lección de música en la maleta. Estuvo un año dando clase, pero se vino al norte “donde tenía muchos amigos cubanos” y un amor, que le convenció de que la lluvia no era tan terrible.
Lleva viéndola caer desde entonces y aquí se traerá un trozo de la isla hecho música con Pepe Rivero en el piano, Dany Noel al bajo, Gerovis Pico, “uno de los mejores baterías de Cuba que tocó no hace mucho con Chucho Valdés”, Yuvismey Aguilar, a la percusión, Michel Torres con la viola y Luis Caballero, al violonchelo: “Todos cubanos residentes en Madrid menos Luis, que está en Lisboa”, capaces de hacer una música tan sutil que convierten el recital en derroche, asegura.
En este punto de la conversación, Coma dice que hay quien piensa que para brillar arriba es mejor acompañarse de músicos mediocres. Él cree que es al contrario, con iguales o superiores “sientes que es todo una maravilla, una fiesta”. Y hoy se trata de celebrar.
Repertorio
Harán todos los temas de “Violingrafía”. Tocarán “Del tinajón su agua”, sobre la leyenda de que quien bebe agua del tinajón en Camagüey se queda para siempre. En el directo cumpleañero, sus amigos serán canción con “Marlia”, que “dediqué a una pareja de amigos entrañables de Moldavia” y no faltará el homenaje. A su bisabuelo polifacético y a su gran amigo Eduardo Cana en “Don Comino”. En el trabajo, siete son temas suyos y tres prestados como “Martica”, de uno de los contrabajistas más importantes que tuvo Cuba y que fue su profesor, Orestes Urfé.
Comenta que venía de La Habana a su ciudad para darles clases porque le interesaba enseñarles “cómo debían hacer”. En “Sin retorno”, Coma le hará un guiño a la música folk y a Galicia. La compuso un día de invierno “con una oscuridad enorme y granizo”. “Joropo con limón” la grabó con Paquito d’Rivera. “Jorge’s bongó” es un doble tributo: “A mi abuelo que toca el bongó desde el cielo y a mi hermano que lo hará en el escenario”.
Como en todo cumpleaños, la familia no fallará: “Estará la directa y la política porque todo el mundo es familia cuando se está en un concierto”.