A Coruña se ha convertido en un plató para las grandes producciones, hace un año, “Código Emperador” tomó varios espacios de la ciudad; hace unos meses lo hacía “Fatum”; y, ahora, es el turno de “Hasta el cielo”, la nueva serie de Netflix que ha abrazado varias localizaciones de toda Galicia (Ferrol, Santiago y Lugo), entre ellas A Coruña.
Ayer, la serie dejó un poco de lado el hermetismo habitual de este tipo de producciones para enseñar como está siendo el rodaje de esta serie, que en la urbe herculina se ha movido por A Grela, Pocomaco o la Tercera Ronda, entre otros.
La serie, al igual que la película homónima, la dirige Daniel Calparsoro, que definía el proceso de cambio de un estilo a otro como “una cosa maravillosa y muy especial”. “Cuando tú ves la película, hay un mundo reflejado, pero estás un poco en la superficie, pero ahora lo que hacemos es meternos mucho más dentro de ese mundo”, comentaba Calparsoro. “Lo más complicado, para mí, es conseguir el tono, entre lo auténtico, lo real, lo humano y mezclarlo con elementos de acción y ese punto divertido”, añadía.
Las múltiples localizaciones convierten la vida del elenco, artístico y técnico, en “una vida de feriante”, como apuntaba Calparsoro entre risas, que recordaba que llevan grabando desde el 14 de febrero, “nos quedan dos o tres días en Galicia y una semana en Nigeria”, explicaba.
En el elenco repiten algunos nombres como Luis Tosar, Asia Ortega, Jarfaiter o Dollar Selmouni, presentes estos días en el rodaje.
El propio Tosar explicaba que la serie vive de manera autónoma a la película, “en buena parte por el giro, que creo que le aporta mucho a la historia, en que Sole (Asia Ortega) adquiere mucho más protagonismo y, de repente, se convierte en otro tipo de producto”.
En la serie, Sole se “mueve por aguas más turbias”, como asegura Tosar, algo que refrenda Ortega al apuntar que su personaje “está más empoderada porque se le da más lugar al mundo de Sole y a como ella quiere enfocarlo”, ya que, al final, “es un personaje en un mundo de hombres y quiere sobrevivir”.
El vicepresidente de contenido de Netflix para España y Portugal, Diego Ávalos, apuntaba que era “un rodaje especial, porque es el cuarto ya en Galicia, una comunidad con unos equipos técnicos increíbles y que tiene un territorio bellísimo para grabar”.
La productora, Emma Lustres, agradecía a Netflix “esta filosofía de descentralizar la producción y que no sea todo contado desde Madrid, algo que es importante en lo económico, lo que permite distribuir la riqueza mejor y que mucha gente que se dedica aquí al audiovisual no tenga que emigrar; y en el plano social, o de marca de país, porque es superpositivo que 190 países puedan ver Galicia reflejada”.
Algo que también destacaba el director del Agadic, Jacobo Sutil, que apuntaba que el apoyo de la administración autonómica “de 300.000 euros, vai xerar un impacto de 4,5 millóns en Galicia”.