“Hacemos magia”, así describe Cristina Llorente, la actriz que da vida a Molly, el espectáculo que llega a Coruña del 25 al 27 de febrero. Amor, drama, traición, comedia y mucha emoción empapan el musical de “Ghost”, que no deja indiferentes a los espectadores con sus sorprendentes efectos especiales, que recrean la clásica historia de amor que triunfó en los años 90. En este caso con dos Sam, interpretados por David Bustamante y Ricky Merino.
Esa “magia” es lo que hace especial el espectáculo, que recupera las inolvidables escenas en las que Sam atraviesa paredes, los fantasmas entran en Oda Mae, las almas salen de los cuerpos y los papeles vuelan. “Vino un mago de Italia a montar el espectáculo”, explica el cantante mallorquín Ricky Merino. Se refiere a Paolo Carta, el ilusionista que se encargó de los efectos del musical “Mary Poppins” en Italia.
Saltos en el asiento y bocas abiertas en el público acompañan esos momentos mágicos que suponen todo un reto a nivel técnico para los artistas. “Todo debe estar milimétricamente perfecto para que el truco se vea desde fuera como fácil”, explica Cristina Llorente. “Es muy divertido ver las caras de la gente cuando ocurre”, afirma Bustamante.
Tampoco falta la famosa escena del torno de barro. “La primera vez que metimos las manos en el barro no habíamos ni empezado en ensayar y ni nos conocíamos”, recuerda el artista mallorquín.
La dualidad de tener a dos Sam aporta una gran riqueza artística. “Cada uno tiene su personalidad, su manera de hablar, cantar y entender las historias”, explica Bustamante, que añade que “es muy bonito retroalimentarse”.
“Es un formato que triunfa porque cada actor es diferente y te puede ofrecer algo distinto”, comenta Merino, que confiesa que le gusta compartir el personaje con Bustamante. Su amistad se hace notar cuando están juntos, donde aprovechan para actualizarse. “Lo malo de compartir personaje es que no pasamos tanto tiempo juntos”, lamenta el cántabro.
“Al tener dos coprotagonistas es otra energía que ayuda muchísimo. Y además muy diferentes el uno del otro”, afirma la actriz que hace de Molly. “Al final, actuar con un actor u otro te modifica mucho”, añade Christian Sánchez, que interpreta al amigo de Sam, Carl.
El punto cómico lo aporta Ela Ruiz, que da vida a Oda Mae en el escenario. Sus compañeros la definen como “desternillante” y se comprueba en el escenario. La “pitonisa, espiritista y médium” arranca las carcajadas del público cada vez que interviene.
“Es curioso porque yo lo vivo como un drama. La gente se ríe, pero para mí es un auténtico drama”, afirma la artista cubana.
“La mejor comedia viene de no intentar hacer comedia”, corrobora Cristina Llorente. “Es bestial el contraste entre la comedia y el drama que se genera”, afirma con energía Christian Sánchez.
En el escenario, el personaje de Carl también genera reacciones en el público. Christian Sánchez aporta el punto de traición con el papel en el que hace del mejor amigo de Sam. “Todo el mundo me odia”, bromea; y explica que lo mejor es la evolución del personaje. “Hace el contrapunto con el resto de historias, los buenos tienen más peso porque el malo es más malo”, afirma.
El parón de la pandemia también ha hecho que el musical vuelva con más fuerza. Cuenta de ello da Cristina Llorente, que explica que, tras 18 meses de cierre, la vuelta ha sido increíble: “Ves las cosas de otra manera, me ha aportado mucha madurez profesional”.
De la mano de un elenco formado por 17 artistas, la música pop llena el escenario, en la que no falta la icónica “Unchained Melody”. Bustamante bromea con hacer una versión en gallego. “Llamamos a las Tanxugueiras”, le sigue Merino.
Ahora, el musical empieza la que es su primera gira por España, con parada en el Palacio de la Ópera. Nervios, ganas e ilusión se palpan entre los protagonistas.
“Yo no hago una gira así desde la de Operación Triunfo”, explica Merino. “Es muy divertido porque somos una familia”, añade Bustamante, para quien es su primera experiencia en el mundo de los musicales. “Ha sido el mejor ‘sí’ de toda mi vida”, afirma.