Llegados de todas latitudes, los aficionados del RC Deportivo diseminados a lo largo y ancho del mundo se congregaron en Riazor para el playoff de ascenso.
El varapalo morrocotudo que sufrió una vez más el ‘jugador número 12’ del equipo coruñés resultó todavía más lacerante para los incondicionales provenientes de países tan distantes como México, Países Bajos o Reino Unido.
Desde la vorágine de Ciudad de México Felipe Muleiro —socio de la peña ‘Deportolos’— recorrió la friolera de 9.000 kilómetros para no fallar a la cita con su conjunto del alma.
“No dije ni tres palabras en el viaje de vuelta”, precisa Felipe Muleiro desde México
“Estaba muy nervioso por lo que nos jugábamos y el ambiente fue espectacular, incluso estuve tocando el autobús del equipo; pude venir a los dos partidos y el primero fue una auténtica fiesta ante el Linares”, subrayó.
“En la final el recibimiento fue de nuevo increíble, una marea de gente que nunca olvidaré; dominamos en la primera parte, el gol de Soriano fue una explosión de adrenalina pero a falta de los malditos 7 minutos nos quedamos congelados y en la prórroga por desgracia sentimos el cosquilleo de la incertidumbre. Si dije tres palabras en las tres primeras horas de viaje de vuelta fueron muchas”, agregó Muleiro, al tiempo que sostiene que “lo lograremos más pronto que tarde, enseguida recuperamos la ilusión porque somos el Depor”.
“Sentimos un gran disgusto y desolación”, dijo Manel Méndez, desde La Haya
Otro deportivista impenitente como Manel Méndez, presidente de la peña ‘Zuid Holland’ de La Haya (Países Bajos) también sufrió de lo lindo en un desplazamiento con final abrupto.
“Desde nuestra peña estuvimos varios miembros viendo las semifinales, con muchos nervios, pero en la segunda parte salió todo bordado. Pensábamos en nuestro fuero interno que se estaba celebrando la fiesta con demasiada antelación. Me recordó mucho al día del penalti de Djukic o incluso también al playoff ante el Tenerife”, precisó Méndez.
“El día del Albacete lo vivimos con tristeza y decepción por estar de nuevo en esta división, sin visibilidad ni capacidad para poder seguir al equipo. Los viajes del próximo año van a ser muy complicados por el nuevo grupo”, agregó.
“Tuvimos un sentimiento de disgusto y desolación, tanto por lo que sucedió como también por cómo sucedió”, dijo.
“Fue un palo durísimo que aún duele”, destaca Roberto Rey, desde Londres
Por último, desde el corazón de Reino Unido la asociación blanquiazul ‘RCD London’ puso toda la carne en el asador para no fallar a la cita en la que deportivismo anhelabra regresar al fútbol profesional.
Su expresidente Roberto Rey comandó una expedición que no obtuvo la recompensa aguardada.
“Todo fue muy decisión de último minuto, compramos los vuelos cuatro socios de Londres en la misma semana del playoff; conseguimos las entradas al ser abonados al Depor. Nunca había vivido una previa tan excepcional con el club. Poco más se le pudo pedir a la afición. El equipo se vino abajo en la segunda parte y la presión nos pudo. La decepción en la prórroga fue terrible, un palo durísimo que aún duele. Tardé unos días en asimilarlo pero hay que mirar para adelante”, indicó Rey.