Un gol de Francis Ferrón en la última jugada del partido fulminó a un Depor triste y gris en el Nuevo Vivero ante un Badajoz que maniató a los coruñeses en el primer tiempo y los acorraló en la última media hora del partido, tras la expulsión de Mario Soriano por roja directa. Un resultado, en un mal partido de los blanquiazules (sin claridad en el juego y con excesiva distancia entre el centro del campo y los atacantes), que podría dejar a los pupilos de Óscar Cano a diez puntos del ascenso directo, si el Córdoba gana mañana al Pontevedra.
El técnico deportivista se mantuvo fiel a su libro de estilo de las dos jornadas anteriores y sobre el Nuevo Vivero alineó el mismo once que ante el Fuenlabrada y el Córdoba, con un único cambio, la presencia de Pablo Martínez como pareja de Adrián Lapeña en el eje de la defensa en lugar de Jaime Sánchez.
El preparador blanquiazul parece poco amigo de las rotaciones y ni siquiera el hecho de venir de jugar el sábado contra el líder y enfrentarse de nuevo el domingo al Racing de Ferrol le llevaron a abandonar su visión continuista.
Tres días después de sumar un empate agridulce (0-0) frente a un Córdoba al que superaron en juego y ocasiones, pero no el marcador, los coruñeses buscaban su tercer triunfo consecutivo a domicilio tras los conseguidos en Algeciras (1-2) y Fuenlabrada (0-3).
Pero el Badajoz no pensaba ponérselo fácil a los deportivistas y saltó al césped dispuesto a discutirles la posesión.
Tras un par de acercamientos sin demasiado peligro a la portería de Mackay, los coruñeses se asomaron por primera vez al área pacense en el minuto 8 con una cabalgada de Quiles, tras un buen pase de Mario Soriano. Pero el remate del delantero blanquiazul, tras pegar en un defensa local, se desvió a córner.
En el 16’, nuevo aviso del bloque herculino. En esta ocasión, por medio de un remate de Raúl Carnero, tras una buena acción de Antoñito y Rubén Díez, pero el guardameta Kike Royo atajó sin problemas.
Pese a los intermitentes acercamientos al arco contrario, el Depor no se encontraba nada cómodo en el campo, asfixiado por la presión alta del equipo que dirige el técnico José María Salmerón.
Si el conjunto coruñés consiguió controlar más a la escuadra pacense en los primeros 20 minutos del duelo, los locales se fueron envalentonando a medida que avanzaba el choque, mostrándose cada vez más peligrosos en las transiciones ante un equipo blanquiazul al que cada vez le costaba más mover la pelota.
El Badajoz volcaba sus ataques por la banda izquierda, donde el extremo portugués Adilson hacía sufrir a Antoñito y se permitía generar cierta inquietud en la zaga herculina.
Se animó el conjunto de Óscar Cano en los diez últimos minutos del primer tiempo. Los deportivistas, ahora sí, conseguían superar la presión blanquinegra por medio de la circulación, pero sin crear ocasiones claras. Lo más destacable, una cabalgada de Antoñito por la banda derecha con la que logró forzar un córner y una internada de Raúl por el costado izquierdo que culminó con un centro demasiado largo que salió por encima de la portería de Kike Royo.
No tuvo más historia la aburrida y equilibrada primera mitad en la que se apreció muy poco fútbol y aún menos ocasiones, y en la que los delanteros blanquiazules prácticamente no aparecieron en escena, debido a la excesiva distancia con la medular.
Arrancó la segunda parte con susto para el Depor. A los tres minutos de la reanudación, Pablo Martínez evitó que un remate de Calderón dentro del área, tras una buena jugada de Adilson, terminara dentro de la portería de Ian Mackay.
Contestaron los de Óscar Cano en el 50’ con un pase en profundidad de Quiles a Soriano, que se coló hasta la cocina, pero finalmente se estrelló ante la zaga local.
Se abrió más el encuentro en este segundo acto, con alternancia en las dos áreas y el técnico deportivista aprovechó ese mayor dinamismo para dar entrada a Yeremay primero en el 54’; y cuatro minutos más tarde meter a Gorka Santamaría por un Svensson desaparecido y refrescar el lateral derecho con Trilli por Antoñito.
Con un Depor más desordenado, a punto estuvo de golpear el conjunto pacense en el 60’, pero el palo y Mackay evitaron que el remate de Mariano, tras un centro de Calderón, acabara en el 1-0.
Tres minutos más tarde, la escuadra coruñesa se quedó con diez jugadores por una tarjeta roja a Soriano, tras una dura entrada sobre Edu Sánchez.
La superioridad numérica espoleó al Badajoz, que dio un paso adelante y apretó más ante un Depor que pasaba de intentar ser protagonista (sin lograrlo en ningún momento) a verse embotellado en su campo y defender el empate.
Un punto en el Nuevo Vivero que pudo no ser ninguno si el disparo de Adilson en el 76’ no se hubiera marchado ligeramente desviado.
Un minuto después llegaron las dos últimas permutas de Óscar Cano con la entrada de Villares y Kuki Zalazar por Olabe y Quiles.
Los blanquiazules no paraban de achicar agua en su área ante las embestidas pacenses, cada vez más continuadas y peligrosas.
En el 82’, los jugadores locales pidieron un penalti de Yeremay que el árbitro no señaló.
Los instantes finales del duelo fueron agónicos para los jugadores del Deportivo, que se aferraban al empate como si fuera un triunfo, conscientes de que al final de curso cada punto puede valer a peso de oro. Pero la resistencia blanquiazul cayó cuando parecía que ya no quedaba tiempo, en la última jugada del encuentro, cuando el cronómetro alcanzaba el minuto 46. Zelu colgó un balón al área herculina que encontró a Francis Ferrón para que superara a Ian Mackay y pusiera el 1-0 en el marcador.