Exportero del RC Deportivo y entrenador
Apenas un año después de haber colgado las botas, tras dos temporadas actuando lesionado, Dani Giménez ha reorientado su carrera profesional en el mundo del fútbol, como entrenador de porteros y segundo de Iñaki Bea en la selección de República Dominicana, así como en el Cadete del Rayo Majadahonda.
Desde la concentración del combinado caribeño en Pinatar —donde coincide con el también analista exdeportivista Juan Francisco Roldán—, el excancerbero vigués reflexiona sobre su pasado en Celta B y Deportivo, así como acerca del próximo derbi anómalo del próximo domingo en Balaídos.
Aunque por su pasado en Riazor le chirrían los oídos cada vez que se desplaza a su ciudad natal, no duda en reconocer que a pesar de las circunstancias el Deportivo supera en relevancia histórica a su eterno rival.
¿Cómo discurre tu nueva etapa profesional?
Ahora mismo me encuentro trabajando como entrenador de porteros y segundo técnico de Iñaki Bea en la selección de la República Dominicana, preparándonos porque en junio tenemos cuatro partidos y tenemos que estar bien para clasificarnos para la Copa Oro.
¿Cómo surgió la oportunidad de una aventura tan exótica como esta para ti?
Nada, pues por Iñaki Bea, que es un entrenador con el que coincidí en AFE; nos llevamos muy bien y tenemos una forma muy parecida de entender el fútbol en defensa, sobre todo; él fue el segundo de Mendilibar y a los dos nos gusta jugar apretando en defensa muy arriba, como hacía el Eibar. Comparto muchos conceptos y a mí me viene muy bien porque aprendo como técnico y aplico mis conocimientos al Cadete del Rayo Majadahonda, equipo al que entreno. Sigo mejorando y entrenando. Me gusta también la especialidad de los porteros, aunque quizá me encuentro mejor como segundo míster.
¿Qué jugadores más representativos del fútbol dominicano se encuentran con vosotros en la concentración?
Mariano Junior no viene porque estamos asentando el proyecto de nuevo; los jugadores grandes dudaban de cómo funcionaba la selección. Hemos hablado con ellos y tenemos bastantes futbolistas que militan en equipos europeos. Tenemos al capitán del Hércules, por ejemplo, a Tano.
Hace nada estabas en activo como jugador...
Sí, la pasada temporada aún estaba de corto, lo que pasa es que el cuerpo sufre; ya mi último año en el Depor fue de muchísimo sufrimiento físico, forcé demasiado la máquina y he decidido formarme como entrenador. Me lo tomo muy en serio y he decidido entrenar en el Rayo Majadahonda y en eso estamos...
Me imagino que tus últimos recuerdos en el Logroñés y en el Depor no serán los mejores de tu andadura profesional pero tu primer año en el club herculino fue más que notable. ¿Con qué te quedas?
Me quedo con todo porque todas las etapas sirven para algo; evidentemente el final de la segunda etapa en el Deportivo fue horroroso porque la pandemia nos cortó la progresión y esa salvación que seguramente hubiéramos logrado de haber jugado en Riazor con público.
¿Actuaste lesionado?
Sí, lo pasé muy mal. No podía ni pegarle al balón en el saque de puerta. Tuve pubalgia y después me rompí el cuádriceps. Jugué diez partidos con este músculo roto pero roto, roto. Si te piden que juegues, lo haces. Pero fueron días de mucho sufrimiento, de no poder dormir y de sufrir en el campo. Cuando quieres a un equipo haces eso y más.
¿Quizá no se te ha reconocido nunca esa entrega?
Nunca lo dije en público porque creí que no era el momento ni iba a ser beneficioso para nadie. Pero la gente del Depor siempre me ha respetado mucho; había gente que era consciente de que yo estaba haciendo un esfuerzo brutal. Pasé unos meses recuperándome y me fui a Logroño pero allí se me fue la ilusión por seguir jugando.
¿Qué recuerdos guardas de tu paso por la cantera del Celta?
Pues recuerdos buenos, en esa época no se apostaba tanto por la cantera, algo que el Depor está haciendo ahora muy bien. Tuve que buscarme la vida fuera de mi ciudad.
¿El del derbi será un derbi anómalo o ni siquiera un derbi al uso?
Para mí no es un derbi, la verdad; a mí por Vigo me caen por todos lados. Mis amigos me lo dicen cuando voy a ver a mi familia. Cuando la gente me ve por la calle me lo dice.
¿Te llaman ‘turco’?
Me llaman ‘turco’ y de todo, pero son gajes del oficio, son situaciones circunstanciales y me lo tomo con normalidad, ya estaremos nosotros arriba. Lo que no se puede borrar es la historia y está claro que por dos o tres años malos no se puede olvidar el resto. El deportivismo debe ser consciente de esto. Debemos centrarnos en ganar y en recuperar las buenas sensaciones. Hay que pensar en coger al Racing en la primera posición de la clasificación y en apoyar como siempre al equipo.
El Celta B ha sido muy irregular este curso...
Sí, pero posee jugadores de grandísima calidad y que son muy rápidos, el Depor no puede confiarse. Son jugadores que en un par de años serán mucho más regulares. El año pasado el Deportivo en Barreiro ganó 0-3, son partidos que pueden marcar al aficionado y al propio jugador.
Parece que el celtismo responderá más incluso que en Primera División...
Bueno, estamos hablando del pique entre aficiones; sinceramente no veo a 10.000 personas en Riazor en Primera División. Ahora mismo está por debajo el Deportivo por circunstancias pero el Depor es más grande que el Celta, sin lugar a dudas.
¿Qué te dice que el club herculino disponga de 20.000 socios en Primera RFEF?
Es una locura total, no hay palabras.
¿Ves un favorito para el domingo?
Para mí es el Deportivo siempre, puede ser un partido trampa y el momento no sea el mejor pero haber vuelto al triunfo te da ánimos, con mucha más confianza y el equipo creo que jugará bien.
¿Balaídos puede beneficiar al Deportivo?
Puede ser un arma de doble filo porque el filial del Celta también tiene mucha calidad; el Depor debe tener la consistencia de inicios de curso, con veteranos como Mackay o Bergantiños. Veré el partido desde el hotel.
¿Vendrás por A Coruña en breve?
El martes 29 estaremos ahí con el partido de España, en un torneo de golf benéfico. Será un placer, como siempre.