David Iglesias Barca es un hombre vinculado al deporte y a A Coruña desde siempre. El club Rialto, que llevaba el nombre del mítico establecimiento hostelero de María Pita, ha sido impulsor de numerosas actividades, entre las que destaca sobremanera la San Silvestre coruñesa.
A punto de cruzar los tres lustros de vida, esta iniciativa ha calado hondo en la ciudad, su área metropolitana y en muchos lugares lejanos de los que llegan corredores todos los años para disfrutar de una jornada de fiesta antes de despedir un año y darle la bienvenida al siguiente.
Desde hace unos días está abierto el plazo para retirar los dorsales. Este año habrá hasta mascotas, perros, con la ‘Can Silvestre’. Será una edición que irá desde la mañana a la tarde, ya que en este cierre de 2023 el 31 es domingo. Todo apunta a que miles de coruñeses, del área metropolitana y de Galicia pasarán las últimas horas del año en la carrera y en los eventos que la rodean hasta retirarse para despedir el año con sus seres queridos.
Y el caso es que la San Silvestre, año tras año, se ha ido ganando su sitio en el corazón de todos. Imagino que lo notas.
Lo noto, esta carrera ha llegado a ser un evento por y para todos los coruñeses, pero no solo para la gente de la ciudad, sino también para muchos de fuera. Para nosotros es un orgullo que uno de cada cuatro participantes sea de fuera. Es una muestra más de esa idea que tenemos de nuestra buena acogida a las personas foráneas y eso me gusta mucho. Es lo que pretendíamos, hacer un evento deportivo, social, solidario, y al mismo tiempo que fuese acogido por la ciudad pero para todos los que quieran acompañarnos.
Evidentemente es una carrera coruñesa, que se corre en la ciudad, pero viene gente de todas partes, lo que no deja ser la constatación de que ha calado bien hondo.
No solo de la provincia o de la comunidad autónoma. Viene gente de muchos lugares y muy diversos. El año pasado tuvimos veintidós nacionalidades distintas, por ponerte ejemplos, Australia, Estados Unidos, Canadá, Serbia, Alemania... Todos los continentes estuvieron representados. Es brutal. Cuando hicimos la del Covid, y después continuamos porque disponíamos ya de la plataforma pagada, tuvimos que enviar camisetas y kits por todo el mundo. Toda Europa, América entera... Inglaterra, Francia, Rusia, los Estados Unidos de Costa a Costa... Para nosotros fue tremendo. Nos conocían bien, a la ciudad, y lo que tenemos en ella, empresas, personas... Y viéndolo con perspectiva, en una ciudad tan pequeña tener a Inditex, o la máxima autoridad de Ocaso... es un orgullo. Tenemos una ciudad para sentirnos realmente orgullosos y poder hacer la San Silvestre nos hace estarlo si cabe más aún.
Han pasado años. Esta iniciativa nace de un grupo de amigos, la gente de Rialto. Recuerdo cuando Pablo Freire o Julio Cela se iban con vosotros con las pelucas rosas antes de quedar, después, para despedir el año todos juntos. Lo que empezó con un grupo de amigos se ha convertido en multitudinario. ¿Habías pensado que llegarías hasta aquí?
Teníamos el equipo de atletismo de Rialto y hacíamos también pádel, vela... multiactividad. Nos sentamos a tomar un café y caímos en la cuenta de que en nuestra ciudad no había una San Silvestre. Y yo dije, “pues venga, vamos”. Los tres primeros años fueron duros porque era una experiencia nueva y no sabíamos la dimensión que podría alcanzar porque esta carrera no tiene ni techo ni límites. Empezamos con quinientos corredores y a partir de ahí vimos que tenía que ir a más. Es un evento lúdico, deportivo y social y pretendemos que no se quede solo en un día. Nosotros empezamos ya en enero a trabajar y con actividades relacionadas con la carrera. Es un año entero y buscamos activarla meses antes, colegios, entidades, clubes... intentamos activar a toda la ciudad para que se vuelque y disfrute con nosotros.
La verdad es que es un espectáculo participar. En grupos, sobre todo, pero también individualmente, o hacer la andaina, que siete kilómetros se hacen bien. Pero lo que también gusta a todos es verla, como espectadores. Es muy visual y es un poco para todas y todos.
Sí que lo es. De hecho recuerdo en 2019, que había hecho una tarde espectacular, e hicimos vídeos de la ciudad, y se comentaba allí, fuera de datos oficiales, que podría hacer diez mil personas tranquilamente entre participantes y acompañantes. Además, el hecho de que tengamos muchas actividades hace que familiares, amistades, se desplacen para ver la carrera. También van muchos grupos porque es una carrera que, aunque el esfuerzo es individual, tiene el componente del grupo. Unos tiran de otros. Y precisamente buscamos eso, que se enganche la gente a salir a la calle y a hacer algo más que una carrera.
Este año se da la circunstancia de que es domingo, con lo que la hora es a mediodía y permite más tiempo para disfrutarla. No ir tan agobiados como cuando es por la tarde y hay gente que no se puede quedar hasta el final porque tiene que volver a su lugar de origen, porque están las cenas y fiestas de Nochevieja...
Justo, normalmente la ponemos a las cinco y, después la gente sale corriendo. Se queda la gente que sabe que va a recibir un trofeo. Pero la mayor parte de las categorías nos llaman después, cuando consultan los datos. Este año tendremos muchas actividades para niños, padres, tendremos Dj’s, y queremos que la gente no tenga prisa, que se lo pase bien, que la gente pueda estar de fiesta con nosotros hasta las siete ocho de la tarde, antes de ir a cenar, reunidos en la ciudad.
Una carrera como esta, evidentemente, necesita mucho apoyo, ayuntamiento, empresas... Imagino que estarás contento con respuesta general, porque es un ‘evento y dentro hay muchos eventos’.
Sí. Mucha gente dice lo de “se puede hacer esto, se puede hacer lo otro”... Sí. Se pueden hacer muchas cosas pero se necesita muchísimo apoyo. El Ayuntamiento es fundamental, la empresa privada, sino no llegaríamos a este punto de todo lo que rodea a la carrera. Sería una carrera con gente corriendo pero no un evento de esta magnitud. Vendría la gente que corre habitualmente todo el año y nada más. Nosotros buscamos que vengan, evidentemente, pero también buscamos que vengan los que no corren, enganchar a todos los colectivos, y para eso necesitamos apoyo institucional, mediático, empresarial, de la ciudadanía... Son pocas horas pero afecta al tráfico, a la actividad cotidiana de la zona en la que se desarrolla la carrera... Y todo el mundo tiene paciencia, comprensión, y todo es muy necesario para hacer un evento como este. Necesitamos muchos recursos y, ahora que está muy de moda la palabra transversal, pues eso, es lo que necesitamos. En A Coruña hay muchas carreras, y el colofón es la San Silvestre. Es muy bonito ser ese punto y final en una ciudad tan corredora. Así es. Para una ciudad tan pequeña como Coruña, tan complicada por su orografía, hay muchísmos eventos. La gente es participativa, sale a la calle, se vuelca. Lo estamos viendo con los conciertos, pero es con todo, es brutal. Es una ciudad con mucha vida y yo creo que va a más. Cerrar el año con un evento de este tipo y que la gente se vuelque, ser el colofón y dar paso al siguiente año, para nosotros es un orgullo.
“Estamos felices cuando nos dicen que todo ha salido bien” |
Imagino que queréis mejorar cada año pero ¿cuál es el momento en el que estáis más feices? Pues siempre queremos mejorar en todo. Se hablaba ayer ya de 1.600 corredores. Los números reales los tendremos en unas semanas pero ¿cuándo estamos contentos los organizadores? Hay una persona que me llama al terminar cada carrera que me llama cuando acaba. Es Rubén, responsable del control médico. Cuando me dice: “David, todo correcto, feliz año, sin incidencias”. Ahí estamos felices porque eso quiere decir que ha llegado todo el mundo, que todo el mundo está bien y que hemos tenido un gran día. Que no ha habido ningún tipo de incidencia. De esa manera sabemos que esa gente no solo repetirá en la San Silvestre, sino que hará más actividades todo el año. |