Concentración total, nada de relajaciones y mentalidad de ir a por la victoria. Mantra en un Deportivo que acude a Castalia para medirse hoy a las 18.00 horas al Castellón, en la vuelta de las semifinales del playoff. Lo hace con las orejas tiesas, en alerta, para no llevarse sorpresas en el campo orellut.
Los de Rubén de la Barrera parten con una pequeña ventaja, después de imponerse hace justo una semana por la mínima al cuadro de Albert Rudé en Riazor. Un solitario tanto de Max Svensson es una renta exigua, pero que puede ser suficiente para lograr el pase a la final de ascenso.
A los coruñeses les vale el empate sin goles para acceder a la ronda decisiva, pero unas tablas con goles les condenan a una prórroga en la que, de no romperse la igualada, saldría beneficiado el conjunto castellonense.
Los locales finalizaron terceros en el Grupo II en la campaña regular, mientras que el Depor fue cuarto en el Grupo I. Pero, aunque la balanza está levemente inclinada hacia el lado herculino, De la Barrera ya ha avisado en la previa del choque que no van a especular y que el plantel blanquiazul irá a por la victoria desde el primer minuto.
Tampoco esconde que saben que van a sufrir en un Castalia abarrotado y que habrá fases en las que no tengan el balón y les tocará defender, aunque apeló a hacerlo lo menos hundidos posibles, que es donde los deportivistas más sufren en las contiendas.
Saber jugar y convivir con momentos de agobio y otros en los que el Deportivo sea protagonista y pueda tener sus opciones ante un rival obligado a proponer más que en el duelo de ida es otra de las claves que desgranaba el míster de Elviña en su rueda de prensa prepartido.
El factor emocional es uno de los aspectos que más preocupa a su homólogo, un Albert Rudé que prometió que Castalia devolvería el ambiente de fútbol que se vivió en Riazor, pero que es consciente que puede ir en contra de sus intereses si no son capaces de abstraerse de la sobreexcitación y la pasión que transmitirá la grada. Una grada en la que de nuevo habrá representación blanquiazul, con más de dos centenares de aficionados coruñeses en Castalia.
Ni las pocas entradas, ni los problemas para su compra, ni el mal horario amedrentaron a unos seguidores que quieren arropar al equipo en uno de los duelos más importantes del curso. Y los que no han podido acudir se dejarán esta tarde la garganta en la Explanada de Riazor, donde se ha instalado una pantalla gigante. Sin, en principio, grandes variaciones en el once llega el partido más importante, hasta la fecha de este curso. Un duelo al que acude el Depor con la confianza de la victoria de la ida pero las orejas tiesas.