En la primera jornada del último fin de semana de campaña, los dos principales candidatos, Pedro Sánchez (PSOE) y Alberto Núñez Feijóo (PP), se lanzaron a por sus respectivos electorados, a los que ambos alertaron de que la abstención es un voto para el rival. Sánchez recurrió a su “Manual de resistencia” y mucho más enérgico que en los pasados días, dejó atrás la decepción que supuso el cara a cara con el líder popular, y proclamó en un mitin en Valencia que “merece la pena”.
En el Palacio de Congresos de Valencia y ante un público entregado que le aplaudió en pie, bromeó incluso al jugar con “la falsa disyuntiva” del PP “o Sánchez o España” para cambiarlo por un “o Feijóo o la paella valenciana”. El secretario general de los socialistas hizo hincapié en la necesidad de movilizar el voto progresista. Una abstención el 23-J sería en su opinión “un retroceso, como votar al PP y a Vox”, el mismo mensaje, aunque en sentido contrario, que lanzó Feijóo en Logroño, donde avisó de que “no hay nada hecho” e hizo una advertencia: “Tenemos que votar, la abstención es un voto para que se quede (Pedro) Sánchez”.
El líder de los populares, quien también se dio un baño de masas ante los suyos, apeló a todos los votantes que quieren el cambio, más allá del PP, para que unan sus votos a su formación. “Os voy a decir lo que necesitamos para un gobierno estable y en solitario, necesitamos 20 escaños”, proclamó Feijóo, quien subrayó que tienen ocho días para lograr que el voto no se disperse.
En el último fin de semana de campaña Feijóo visita parte de las 18 provincias clave para arañar escaños. Estuvo el viernes en Cantabria, ayer acudió a Vitoria (Álava), dio un mitin en Logroño (La Rioja) junto a su candidata al Congreso, Cuca Gamarra y el presidente regional, Gonzalo Capellán. Por la tarde estará en Pamplona (Navarra). A estas cuatro provincias se unen otras catorce. Son Salamanca, Lleida, Ourense, Lugo, Cáceres, León, Burgos, Albacete, que reparten cuatro escaños, y Valladolid, Jaén, Huelva, Castellón, Badajoz, que reparten cinco. Feijóo visitó ya al menos una decena de ellas. En todas es clave el voto útil. En Logroño, Cuca Gamarra apeló a los indecisos, a quienes votaron a Ciudadanos, a los “socialistas de verdad” para que “planten cara” a Pedro Sánchez, y a los votantes de Vox. La meta donde se reparten cuatro escaños, como La Rioja, es lograr el tres-uno: tres para el PP dejando solo uno al PSOE.
Aunque el PP intenta conjugar su euforia con prudencia, el buen humor del partido trasluce en los mítines donde Feijóo bromea. Como al bromear en Logroño con su parecido con el presidente de La Rioja, a quien le dijo que empieza a parecérsele porque ya tiene “una mayoría absoluta”, aunque espera volver a sacarle cuatro absolutas a partir del 23 de julio. Feijóo quiere lograr el 23-J lo que Capellán el 28-M, una mayoría absoluta que acabe con un Gobierno “sanchista”.
Mientras, el PSOE afronta una última semana de campaña que considera “decisiva” para tratar de recuperar la tendencia positiva con la que arrancó la contienda electoral, y por ello redoblará sus esfuerzos estos días con el objetivo de lograr una movilización “masiva” el 23-J para que gane la izquierda. El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, hace doblete este fin de semana y al mitin de ayer en Valencia se suma el de hoy en Barcelona, algo inédito en una campaña muy mediática, en la que está teniendo muy pocos actos al haber puesto el peso en las entrevistas en medios de comunicación.
Los mítines de Valencia y Barcelona llegan en un momento clave para el partido, ya que diversas fuentes socialistas reconocen la necesidad de infundir ánimo tras el cara a cara del pasado 10 de julio de Sánchez con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sobre el que había muchas expectativas y que resultó decepcionante para buena parte del PSOE. “El debate es lo que no ha pasado”, comenta con tono irónico un dirigente territorial socialista, que opina que hay que tratar de pasar página lo antes posible.
El PSOE comenzó la precampaña con muy buen pie, al percibir un aumento de la movilización de sus votantes y un freno en la fuga de voto socialista a Feijóo tras los pactos suscritos entre PP y Vox. Sin embargo, la sensación generalizada ahora no es tan optimista, aunque las fuentes socialistas consultadas por EFE coinciden en que hay margen para la remontada. De hecho, desde Ferraz señalan la voluntad de hacer un “último esfuerzo” en la semana que resta de campaña, que consideran “decisiva” para poder inclinar el resultado de las elecciones generales del 23 de julio del lado de la izquierda.