El caso Ponsatí abre un nuevo episodio de batalla entre JxCat y ERC

El caso Ponsatí abre un nuevo episodio de batalla entre JxCat y ERC
Clara Ponsatí participa en pleno de Parlamento Europeo | OLIVIER HOSLET (EFE)

El regreso por sorpresa de la exconsellera y eurodiputada de JxCat Clara Ponsatí a Cataluña y las más de cuatro horas que permaneció detenida en Barcelona han agitado nuevamente el tablero político catalán, en un episodio más de la batalla por el relato que enfrenta a ERC y JxCat.


Estas son las claves del enésimo pulso en el independentismo:

 

"Plantar cara a Llarena" vs "Doctrina Serret"

Tras cruzar el martes al mediodía la frontera francoespañola, y antes de ser detenida por los Mossos d'Esquadra, Ponsatí ofreció una rueda de prensa en la que cargó contra la consellera de Acción Exterior, Meritxell Serret, con quien compartió gobierno en 2017.


Serret, que estuvo tres años huida en Bruselas tras la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre de 2017, regresó a España el 11 de marzo de 2021 para ponerse a disposición del Tribunal Supremo, que la había procesado como a los exconsellers Carles Mundó, Meritxell Borràs y Santi Vila, que tuvieron un papel similar en el 1-O y acabaron condenados solo por desobediencia.


Ponsatí arremetió contra la "doctrina Serret", al considerar que entorpece su estrategia de "plantar cara" al Estado, y sostuvo que Pablo Llarena "no es el juez competente" para su caso; pero las críticas de la eurodiputada de JxCat no se quedaron ahí: acusó a Serret de viajar por el mundo poniendo "la bandera española a un tamaño tres veces más grande que la catalana" y definió al Govern de Pere Aragonès como "una herramienta de la ocupación española".

 

JxCat: un caso práctico de "confrontación inteligente"

La plana mayor de JxCat aprovechó el golpe de efecto de Ponsatí para reivindicar su estrategia frente a ERC: el inesperado retorno de la exconsellera, sostienen fuentes de Junts consultadas por EFE, "pone frente al espejo" a Serret -y a Anna Gabriel, la exdirigente de la CUP que también compareció ante el Supremo- y deja "descolocada" a la secretaria general de Esquerra, Marta Rovira, que sigue en Ginebra pese a estar acusada solo de desobediencia.


Uno de los más explícitos fue el expresident Carles Puigdemont, quien desde Bruselas aplaudió el "acto de confrontación inteligente" de Ponsatí y que, según su abogado Gonzalo Boye, podría regresar asimismo a Cataluña antes de que finalice este año.


El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha procurado suavizar el acento crítico de su partido con ERC, acompañando a Serret a su juicio ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y asegurando que "no es día de reproches".

 

ERC: Un dregreso facilitado por la reforma del Código Penal

Otra lectura plantea ERC: si la exconsellera ha dado el paso de volver, ha sido gracias a la reciente reforma del Código Penal, tan criticada por JxCat, que ha permitido suprimir el delito de sedición y que Ponsatí solo sea acusada de un delito de desobediencia, que no conlleva pena de prisión.


"Estamos convencidos de que la supresión del delito de sedición es lo que facilita su retorno en este momento porque, tal y como ella ha reconocido, la supresión de este delito cambia el contexto penal en el que se encuentra", ha argumentado el presidente de ERC, Oriol Junqueras, tesis que suscribe el presidente catalán, Pere Aragonès.


Hace tiempo que en ERC hay malestar con JxCat porque sus dirigentes arremeten contra la fórmula de diálogo con el Gobierno del Estado, pero a la vez se benefician de los pasos adelante en desjudicialización, como los indultos a los presos del 1-O o la supresión del delito de sedición.

 

El incómodo papel de los Mossos: otro motivo de discordia

La imagen del subinspector de los Mossos que detuvo en pleno centro de Barcelona a Ponsatí empezó en seguida a circular en redes sociales, con críticas de perfiles de JxCat a la actuación policial: "Fdgp", tuiteó lacónicamente el diputado de Junts Salvador Vergés, cuatro letras que se hicieron virales al entenderse que contenían un insulto al agente: "Fill de la gran puta (hijo de la gran puta)".


El exconseller Antoni Comín, también eurodiputado de JxCat, acusó a los Mossos de haber practicado una "detención ilegal" contra una persona que goza de "inmunidad" por su escaño en la Eurocámara, mientras que el diputado de la CUP en el Parlament Carles Riera tildó de "lamentable" que la policía autonómica "haya optado por obedecer las órdenes de Llarena" y Aragonès no lo haya impedido.


El conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, alegó que los Mossos detuvieron a Ponsatí por orden judicial cumpliendo su "deber legal".


Ponsatí: ¿Activo de JxCat o verso libre con proyecto propio?

Desde su nombramiento como consellera de Educación del Govern de Puigdemont, en julio de 2017, Ponsatí se caracterizó por ser la voz más unilateralista, hasta el punto de expresar su decepción por la renuncia a tomar el control del territorio catalán y defender hasta las últimas consecuencias una declaración de independencia que acabó convirtiéndose, muy a su pesar, en un "farol".


Aunque en 2019 consiguió acta de eurodiputada junto a Puigdemont y Comín, en sus casi cinco años y medio huida de la justicia española Ponsatí ha mantenido, como independiente, un perfil propio, que en diversas ocasiones ha incomodado a Junts.


Ponsatí se ha convertido en un símbolo para los sectores independentistas más críticos con los partidos tradicionales, que especulan con la posible creación de un cuarto espacio -más allá de ERC, JxCat y CUP-, como el que en las elecciones municipales de 2019 quiso instaurar sin éxito Jordi Graupera, precisamente uno de los fichajes de la eurodiputada de Junts como asistente. 

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