El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, han certificado este miércoles que ambos países retoman una asociación estratégica paralizada durante el mandato de Jair Bolsonaro y que debe servir para lograr la culminación, incluso este año, del acuerdo UE-Mercosur.
Lula ha realizado su primera visita a España en esta nueva etapa como jefe del Estado brasileño y ha mantenido una reunión con Sánchez en el Palacio de la Moncloa junto a varios de sus ministros (por parte española estuvieron entre ellos las tres vicepresidentas) y tras la que se han firmado varios acuerdos
En concreto, en materia de innovación, universidades y relaciones laborales, que sumados a una declaración conjunta con motivo de esta visita llevaron a Sánchez y Lula a afirmar en una comparecencia ante los medios que las relaciones bilaterales se han relanzado y que su alianza estratégica se ha renovado y cobra fuerza tras el paréntesis de Bolsonaro.
“Brasil ha vuelto”, ha proclamado de forma repetida Lula refiriéndose a su deseo de participar en los grandes debates de la política internacional después del aislamiento que ha lamentado que propició su predecesor en el cargo.
Tras afirmar que ahora lucha por reconstruir todo lo perdido ese tiempo en numerosos ámbitos y en seguir luchando contra la pobreza, ha expresado su deseo de recorrer ese camino de la mano de España y fortalecer aún más los lazos.
Más allá de la relación bilateral, hubo un discurso común sobre la importancia de los vínculos entre la Unión Europea y América Latina, en cuyo contexto Sánchez recordó que ese será una de las prioridades del semestre de presidencia española de la UE que comenzará el 1 de julio.
Un hito de esa presidencia será la cumbre de líderes europeos y de América Latina y el Caribe que se celebrará en Bruselas el 17 y 18 de julio después de ocho años sin convocarse y en la que se pretende impulsar la culminación de un acuerdo entre la UE y Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
En 2019 ambas partes alcanzaron un acuerdo político general para sellar un pacto de libre comercio, aunque dejaron pendientes algunos aspectos técnicos, y más adelante la negociación se complicó por nuevas demandas europeas sobre cuestiones ambientales después de las políticas impulsadas por Bolsonaro en Brasil.
Mientras España tendrá la presidencia semestral de la UE, Brasil tendrá a su vez la presidencia de Mercosur y eso considera Sánchez que será “una extraordinaria oportunidad” para lograr avances.
A su juicio, España y Brasil coinciden en que “la piedra fundamental” sobre la que construir la relación entre ambas regiones es el acuerdo UE-Mercosur.
“Si hay argumentos y hay una oportunidad, claramente es ahora (...) Se dan las circunstancias y la coyuntura para que podamos culminar este proceso, y vamos a trabajar para que podamos llegar a un acuerdo este año”, ha afirmado.
Por eso ha garantizado que España va a trabajar por superar las resistencias que ha reconocido que sigue existiendo en algunos países europeos y cuyas dudas cree que disiparían si pensaran en toda la potencialidad del acuerdo.
Por su parte, Lula ha reconocido que no es sencillo lograrlo, pero el hecho de que Sánchez vaya a asumir la presidencia semestral de la UE le hacen tener esperanzas de que se consiga.
“Tenemos que lograrlo, pero para ello es necesario que haya un consenso. Todo el mundo tiene que salir ganando”, ha apostillado.
Sánchez ha resaltado también la importancia de que Lula vuelva a sumarse a los países que luchan contra el cambio climático frente a un “negacionismo ciego y suicida” y se incorpore a las naciones que defienden la democracia ante las “hordas” que en Washington y Brasilia asaltaron las instituciones democráticas.
Los dos líderes han destacado asimismo la relevancia de las relaciones comerciales y el presidente brasileño ha vuelto a invitar a la inversión a las empresas españolas.
Esa relación comercial es uno de los ejes de la declaración conjunta suscrita con motivo de la visita de Lula, en la que los dos países reafirman su compromiso con los valores fundamentales de liberad, democracia, derechos humanos, igualdad de género y defensa del estado de derecho.
Asimismo, exhiben su apuesta por preservar la estabilidad de las instituciones y de protegerlas frente a “asaltos a la democracia” como los de Washington y Brasilia.