El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, rindió este lunes un “sentido homenaje” en el Día de recuerdo a las víctimas del golpe militar, la guerra y la dictadura, en un acto en el que remarcó que los avances de “fuerzas reaccionarias” en varios puntos de Europa recuerdan que progreso y democracia no son irreversibles. 

El acto celebrado este lunes, tal y como mandaba la recién aprobada Ley de Memoria Democrática, contó con la presencia de la práctica totalidad de los ministros del Gobierno, asociaciones memorialistas, familiares y víctimas. 

En él se entregaron 20 diplomas de reparación y se guardó un minuto de silencio en memoria de todo el colectivo de víctimas. 

Al inicio de su intervención, Sánchez recalcó que el momento era “muy importante” para él desde el punto de vista personal y recordó su visita, en 2019, a la tumba del presidente republicano Manuel Azaña en Montauban, junto a la cual se encontraba la de Felipe Gómez, uno más “entre los miles de hombres y mujeres españoles que pueblan los cementerios del sur de Francia”. 

El tiempo es “cruel” con la gente anónima, con los que “yacen tirados en los campos, cunetas o fosas comunes” por un “fanatismo” ideológico que “devoró España hasta sus entrañas”.

"Cerrar heridas"

Toda España perdió en aquella contienda, prosiguió Sánchez, para quien es necesario hacer un legado compartido y honrar a esas vidas anónimas “perdidas en una guerra cruel y una brutal posguerra”. Se trata, indicó, no de abrir heridas, sino de “cerrarlas de una vez por todas”, aunque “vamos demasiado tarde”. 

Insistió en que este reconocimiento supone saldar una deuda de gratitud con quienes se comprometieron con una España democrática y, al mismo tiempo, sirve para fomentar actitudes tolerantes en esta sociedad. 
La ley de memoria, afirmó, nace de “un relato integrador”, de un “afán de concordia” del pueblo español que está en la Constitución.  Sobre ella,  Pedro Sánchez insistió en su cumplimiento, del primero al último de sus artículos, “sin excusas”. 

“Nunca más vais a caminar solos, ninguna democracia puede construirse sobre pactos de silencio”, concluyó el presidente. 

Por su parte, el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, recordó que la fecha para celebrar este día no fue elegida al alzar, ya que ayer hacía 44 años las Cortes aprobaban la Constitución española. 

Apeló a la memoria, como presente e identidad, y sobre todo como humanidad. “Sin memoria no hay futuro, una sociedad que desconoce su pasado corre el riesgo de volver a cometer los mismos errores”, remarcó. 

Se refirió asimismo a las ausencias colectivas, a los enfrentamientos entre hermanos que provocó la guerra y a los vacíos que todo ello dejó.  “Esos vacíos son nuestros, de nuestra democracia, por eso celebramos este acto, para llenar esos vacíos y para decir que nunca más”, concluyó Bolaños, para quien la jornada debe servir como recuerdo a los hombres y mujeres cuyas “vidas fueron truncadas sin razón a ambos lados de las trincheras”. 

En nombre de los que recogieron los 20 diplomas habló Montserrat Peligros, quien agradeció a Sánchez que les haya hecho sentir “importantes” por reconocer que lo que hicieron sus familiares “verdaderamente valió la pena”. 

Críticas a Feijóo, Ayuso y Almeida

El Gobierno lamentó que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y al alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, no hayan acudido al acto de recuerdo y homenaje a las víctimas del franquismo, pese a que se les invitó a participar en el mismo.

Según fuentes del Ejecutivo, el evento tenía la consideración de un acto de Estado relevante y por eso cursó con antelación el ofrecimiento para que asistieran el presidente del PP y a las dos principales autoridades de Madrid, en concreto una semana antes. De esta forma, confrontan su ausencia cuando sí estuvieron presente otros cargos institucionales relevantes.

A juicio de estas fuentes, la ausencia de Ayuso y Almeida evidencia la actitud en la que lleva instalado el PP de no asumir una actitud de institucionalidad y no hacer acto de presencia en eventos organizados por el Ejecutivo.

Por ejemplo, ponen el caso de lo ocurrido recientemente el pasado 19 de octubre con el acto para anunciar el desbloqueo de la operación Campamento, donde también se invitó a Ayuso.