El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se enfrentarán mañana a su cuarto cara a cara en el Pleno del Senado con las espadas en todo lo alto. El debate, a tan solo dos semanas para que inicie oficialmente la campaña para las elecciones de mayo, se convertirá previsiblemente en un nuevo cruce de reproches mutuos por la Ley de Vivienda, la reforma de la ley del solo sí es sí o la polémica por el parque de Doñana, como ya se visualizó hace una semana en el Congreso.
De hecho, este duelo parlamentario en el Senado se produce solo seis días después del largo debate de más de seis horas que acogió el Congreso, al que Sánchez acudió con un anuncio en clave electoral: la financiación de 43.000 viviendas para alquiler asequible que se suman a las 50.000 de la Sareb que ya había adelantado. Además, se producirá después de la exhumación del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, cuyos restos serán trasladados desde el Valle de los Caídos hasta el cementerio de San Isidro en Madrid. Esta decisión, impulsada por el Gobierno tras un acuerdo con la familia, generó reproches del PP por hacer coincidir las exhumaciones de Franco y de Primo de Rivera con citas electorales próximas.
Se trata del cuarto debate que Sánchez y Feijóo mantendrán en este formato en el Senado, en el que el jefe del Ejecutivo puede comparecer sin límite de tiempo, mientras que el líder de la oposición dispone de un plazo tasado en sus intervenciones. En Génova se quejan de este “formato amable” para el jefe del Ejecutivo mientras que en Moncloa admiten que les beneficia este tipo de debates para arrinconar a Feijóo, cuya valoración lleva una tendencia a la baja y que además carece de la talla internacional de Sánchez, según argumentan desde el Gobierno.
Fuentes del PP critican que Sánchez “lo fíe todo a su imagen internacional” y, de hecho, no creen que vaya a influir en la campaña del 28-M su viaje a Washington el 12 de mayo para reunirse con el presidente estadounidense, Joe Biden. “Biden no ha bajado las hipotecas ni la cesta de la compra a los españoles”, aseguran desde el equipo del líder del PP, que añade que esa visita a la Casa Blanca no se va a traducir en beneficios directos para los españoles en materia económica.
Al margen de estos debates más extensos en el Senado, el jefe de la oposición formuló también cuatro preguntas al presidente del Gobierno en la sesión de control desde que ocupó su escaño en la Cámara Alta hace once meses. Fuentes del PP ven una “anomalía democrática” que no haya podido preguntar a Sánchez desde febrero y que en la comparecencia de mañana sea el “examinado” el que elige el formato y orden del día de la comparecencia.
Oficialmente, el jefe del Ejecutivo acudirá al Senado para informar a los parlamentarios de la evolución de la guerra de Ucrania y los últimos Consejos Europeos, aunque es probable que Sánchez utilice esta percha para hacer gala de las políticas sociales del Gobierno, los datos de empleo y de inversión extranjera. En debates anteriores en la Cámara Alta, Sánchez dividió sus intervenciones en dos bloques, el primero centrado en la gestión y el siguiente en el choque con Feijóo. En este sentido, en Moncloa hacen hincapié en la “decepción” que causaron las políticas del líder de la oposición.
De hecho, el presidente del Gobierno llegó a afirmar que veía a Feijóo desconcertado porque no se produjo el “apocalipsis” económico que vaticinaba el PP y por tanto están haciendo oposición de forma equívoca. En Moncloa consideran además que Feijóo ha ido “de más a menos” y su imagen se deterioró desde que se puso al frente del PP. Piensan que su valoración está “en caída libre” y que además va a rebufo del Gobierno, por ejemplo en las medidas sobre vivienda.
Además tanto el Gobierno como el PSOE subrayan los “errores” cometidos por Feijóo en el plano internacional y le echan en cara sus visitas a Bruselas para criticar medidas como la excepción ibérica, o la reforma de las pensiones. De hecho llegaron a señalar que “lidera el ridículo en Europa” en contraposición a Sánchez que es una “referencia internacional”, según indicó el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López.