Los servicios de urgencias se saturan en verano y el perfil más afectado es el de los octogenarios y nonagenarios con patologías crónicas, descompensadas por el calor, que esperan entre uno y tres días hasta conseguir una cama que permita el ingreso hospitalario.
En una entrevista, el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias de Aragón, Rafael Marrón, explica que la principal causa de la saturación de las urgencias es el drenaje de pacientes ingresados en planta y los más afectados son la población mayor.
Y es que entre los casos más frecuentes que los urgenciólogos ven estos días están los pacientes diabéticos que se han deshidratado, los que tienen insuficiencia cardíaca descompensada o insuficiencia renal afectada por las altas temperaturas y la obesidad.
El problema, explica este urgenciólogo, es que los ingresos se mantienen, pero entre el 10 y 20% de las camas se cierran y entonces se produce el colapso.
Este urgenciólogo reconoce que las esperas pueden ser “más o menos adecuadas”. Uno de los peores pronósticos es que al anciano le toque esperar esos tres días máximo en los pasillos o que su llegada a las urgencias sea al principio de un fin de semana. Otra opción más decorosa son las salas de observación donde la espera se hace más llevadera.
Para Marrón, la solución a este problema pasa por “ajustar la gestión de camas a la nueva realidad”, es decir, “prever los ingresos antes de decidir el cierre” y, sobre todo, ponderar las plantas de geriatría y los hospitales geriátricos para que atiendan a estos pacientes, aliviando las urgencias.
Admite este experto en la atención de Urgencias que el cierre de los centros de salud en verano y la demora en Atención Primaria arrastra a estos pacientes a las urgencias produciendo el sobreaforo del verano y la “tormenta perfecta”.
Y es que el servicio de urgencias se somete en verano a “un estrés importante”, y al final, señala Marrón, “tiene que garantizar la atención sanitaria causada por las disfunciones del sistema”.
Sobre las patologías que más llevan al ciudadano a los servicios de urgencias, Marrón señala los traumatismos en el caso de los jóvenes porque hacen más deporte y actividad al aire libre, las lesiones por natación y ahogamiento, las picaduras de insectos en toda la población y los golpes de calor, más graves en población vulnerable.
Otras patologías recurrentes en estos servicios en estos meses son las gastroenteritis e intoxicaciones alimentarias, las quemaduras solares y las irritaciones cutáneas. Y es que esos problemas llenan las consultas, tanto de adultos como de niños, por un exceso de exposición al sol y los cambios de alimentación o de entorno.
Las piscinas y las infecciones y hongos junto a la conjuntivitis también son patologías recurrentes debido a que el calor y la humedad favorecen el crecimiento de microorganismos.
Los niños son los que más otitis, quemaduras y alergias sufren. En los servicios de urgencia se les suministran antiinflamatorios y antibióticos para frenar su evolución.