En los años 80 las hombreras se convirtieron en el accesorio favorito de múltiples artistas como Michael Jackson, Madonna, Joan Collins, Diana Ross o Melanie Griffith.
Son tendencia absoluta y han protagonizado prácticamente todos los desfiles de las semanas de la moda internacional, adquiriendo gran presencia en las nuevas propuestas de las grandes casas de la moda como Saint Laurent.
Desde la firma italiana Max Mara hasta la inglesa Stella McCartney, los hombros-pagoda -que imitan a las cornisas de los templos- están presentes en gran parte de sus propuestas. Sin embargo, Alberta Ferretti también apuesta por hombreras, pero con unas proporciones más comedidas, eso sí, sin perder ese halo de defensa ante miradas ajenas.
Conscientes de que los hombros son la parte del cuerpo que conecta directamente con la vista, los diseñadores apuestan esta temporada por Baupar, este complemento que llegó al vestuario femenino en la década de los 30 influenciado por el atuendo masculino.
Las hombreras deben mantene una relación inversamente proporcional al resto del estilismo
La diseñadora italiana Elsa Schiaparelli (1890-1973) fue pionera en trabajar con este complemento y presentó una colección en colaboración con artistas surrealistas que experimentaron con ellas hasta crear prendas muy originales que sedujeron a la actriz Joan Crawford.
A partir de la Segunda Guerra Mundial, las hombreras se acomodaron en americanas, abrigos, chaquetas y cazadoras confeccionadas para la mujer a imagen y semejanza de las que habitaban en el armario masculino, “una buena metáfora de ese cambios de roles que se produjo cuando las mujeres se incorporaron al trabajo en pleno conflicto bélico”, cuenta Fernández.
Pero con la llegada del “New look” en 1947, creado por el diseñador francés Christian Dior (1905-1957), las hombreras se difuminaron, pierden presencia en favor de los cuerpos ceñidos, la cintura de avista y las faldas amplias.
Tres décadas después, las hombreras vuelven a adquirir protagonismo y en los 80 viven su época dorada abandera por los poderosos trajes de chaqueta que vestía la mujer para ir a la oficina.
Thierry Mugler, Ralph Lauren, Donna Karan o Giorgio Armani fueron algunos de los diseñadores que crearon el uniforme ejecutivo poniendo énfasis en los hombros.
Una tendencia que lucían con la idea de impactar desde la primera ministra del Reino Unido Margaret Thatcher hasta la actriz Joan Collins o la princesa Diana de Gales.
Pero ahora las hombreras viven un nuevo renacer en las toreras que presentan Dolce&Gabbana o en las americanas de Prada, además de forman parte del ADN de la firma Balmain.