José Eirín, el hombre acusado de matar a la joven Jessica Méndez en Barro (Pontevedra), tras embestir con su coche contra el vehículo de ella, ha pedido perdón por lo sucedido en la última jornada del juicio con jurado que se ha celebrado este viernes en Pontevedra.
"Ojalá aquel día no hubiera cogido el coche", ha asegurado Eirín tras ejercer su derecho a la última palabra en el juicio, en el que ha reiterado que siente "muchísimo lo sucedido".
A través de los abogados, quiso "pedir perdón" y dar su "más sentido pésame a la familia", ha concluido el acusado, que ya ha quedado en manos del jurado que, a partir del lunes, tendrá que deliberar sobre el caso y alcanzar un veredicto.
Antes de las conclusiones, ante el tribunal declararon dos peritos que realizaron un informe sobre el accidente que concluye, a diferencia de la Guardia Civil, que José Eirín intentó frenar antes de chocar contra el coche de la víctima.
Aunque la frenada no dejó huella, aseguran que "necesariamente estaba frenando" y sostienen que "los tiempos técnicamente no son coincidentes" con el relato oficial.
Además, dos agentes de la Guardia Civil reiteraron que existía una "vigilancia" del acusado sobre la víctima previa al accidente, circunstancia que las acusaciones utilizan para argumentar una motivación del siniestro y una agravante por cuestión de género.
La Fiscalía pide que el acusado de este crimen sea condenado por un delito de asesinato con alevosía y agravante de género, mientras que la defensa sostiene su inocencia y, subsidiariamente, reconoce un delito de homicidio por imprudencia leve o grave.
El fiscal Alejandro Pazos ha insistido en que el siniestro fue "intencionado" y que la víctima "no tuvo posibilidad de defensa, ni pudo evitar la colisión" y el abogado de la familia de joven, Manuel Prado, ha añadido que Eirín tenía "voluntad de atentar contra su vida y matarla".
Por su parte, el abogado defensor, Celestino Barros, ha lamentado que se haya hecho un "juicio paralelo" a su cliente y ha recordado que "no se puede llamar asesino a nadie que está amparado por la presunción de inocencia".
Tras denunciar que en este juicio se han dicho "muchas mentiras" y que hubo una "mala actuación" de algunos agentes de la Guardia Civil, negó cualquier vinculación emocional del acusado con la víctima e insistió en que su cliente se desorientó y tuvo un "accidente".